Redacción PERÚ21

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Rosita de los Milagros Pino Ponce (39), más conocida como Rosita Vílchez, la peruana que , exigió al gobierno de Estados Unidos que muestre pruebas de que ha cometido los delitos de los que se le imputa.

Vílchez, quien manejaba en la corredora inmobiliaria Vílchez y Asociados, es acusada de fraude bancario y de haber instruido a sus empleados para que recomienden a sus clientes presentar documentos falsos a entidades financieras, a fin de ser sujetos de un préstamo hipotecario.

Tras casi 11 meses en la clandestinidad por recomendación de sus abogados, Vílchez enfrenta una posible cadena perpetua de ser encontrada culpable por sus delitos. EEUU ofrece una recompensa de S/.15 mil o US$6 mil para quien dé datos que lleve a su ubicación.

"Emplazo al gobierno norteamericano a que me presenten una prueba en mi contra. No un testimonio, eso no sirve. A mí me están acusando de estafadora. Que me digan a quién estafé y cómo. ¿Dónde está mi firma?", expresó al programa Domingo al Día.

En ese sentido, indicó que lo único que tienen en su contra es el testimonio de dos de sus exempleados. Incluso, indicó que a uno de ellos lo habrían coaccionado para que la culpe bajo amenaza de deportarlo.

"Los testigos me acusan de haber hecho reuniones con mis 35 empleados, y que ahí yo les decía 'tu harás esto', 'tu harás aquello'. ¿En qué cabeza cabe que cuando vas a hacer algo malo (un delito) lo vas a hacer en una reunión?" Se preguntó.

La empresaria advirtió además que no se entregará hasta que se revoque la orden de captura en su contra. Asimismo, dijo que está a la espera que el Poder Judicial del Perú declare fundada su demanda de hábeas corpus.

"Nunca hemos tenido la potestad de decirle a un banco que le de préstamo a tal o cual. Nuestra única labor (como empresa) era conseguirle la casa al cliente y que él pudiera tener la casa que él quería", se defendió.

EL SOCIOVílchez también deslizó que le parece extraño que mientras ella es acusada de fraude bancario, y su hermano Armando Pino Ponce permanece encarcelado en el penal de Lurigancho acusado de ser su cómplice, no ocurra lo mismo con Ismael Escudero, quien fuera su socio en la empresa inmobiliaria.

"Éramos dos socios. Me parece muy raro que solo yo esté inculpada y mi socio no tenga absolutamente nada que ver y esté viviendo muy feliz en Estados Unidos", dijo.