Nació en Francia, pero se siente más peruano que muchos. Laurent Marchall es un francés que trabajaba en una agencia bancaria en París y en uno de sus habituales viajes de vacaciones por el mundo llegó a México, donde se topó con algunos peruanos que lo invitaron a conocer el Perú. Un año después, en marzo de 2012, visitó Lima por primera vez y la magia fue instantánea, por eso regresó cuatro meses después. "Si voy al Perú por tercera vez será con mis dos maletas" –se dijo– y tres meses después ya estaba en el aeropuerto Jorge Chávez.
Laurent tenía en París un trabajo, un departamento y una vida hecha, pero dejó todo por radicar en nuestro país. "Antes de 2011 solo conocía que Lima era la capital del Perú y que existía Machu Picchu, pero al ir descubriendo más me encantó todo: los lugares, la comida, Lima y su movida, pero lo que más me gusta es su gente; en París no hay esa calidez ni el cariño que tienen los peruanos", asegura.
Luego de recorrer muchos circuitos turísticos, Laurent se dedicó a trabajar en ese rubro. Todo parecía perfecto, tenía su departamento, sus amigos y gozaba de la vida en el Perú, pero en 2015 se quedó sin trabajo y tuvo que volver a Francia con sus dos maletas y llorando. Sin embargo, a los dos días, una agencia de viajes peruana lo contactó para ofrecerle un trabajo en Perú y volvió con un contrato.
Ahora Laurent promociona el Perú para todos los viajeros que hablan francés. "Me he vuelto un experto del Perú y estoy feliz y orgulloso de eso. Todo del Perú me encanta. Ahora cada vez que viajo y regreso siento que vuelvo a mi casa, a mi hogar", señala.