De acuerdo a un informe presentado por 360° Centro de Transformación Familiar, con cifras del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), el 80% de las víctimas y victimarios en los casos de feminicidios son jóvenes no mayores de 38 años en promedio.
Las principales víctimas de feminicidio en el Perú, entre enero y marzo de este año, fueron mujeres de entre los 18 y 33 años, con 24 casos registrados. A este grupo le sigue tres casos de los 34 a 38 años y cinco víctimas mayores a los 50 años de edad, indica el informe.
En los feminicidas, el mayor grupo se da entre los jóvenes de 18 a 33 años, que hasta la fecha registra 19 casos. Le siguen dos de los 34 a 38 años y seis de los 40 a 75 años de edad. Aún se desconoce los nombres y edades de otros cinco victimarios.
El informe detalla que las víctimas y victimarios son cada vez más jóvenes y que el abuso sexual previo, en gran parte de los casos, es un indicador más de “cómo la mujer puede ser abusada y asesinada como si fuera un objeto que se desprecia”.
La psicoterapeuta especializada en familia, Sara Ramírez, señaló que un 80 por ciento de las víctimas y feminicidas son de la generación millennials, lo cual indica la disfuncionalidad en la que viven miles de familias y que “pasa por el desequilibrio mental y emocional de los integrantes de las mismas”.
Aseguró que “al parecer los jóvenes no soportan que la mujer se empodere en nuestra sociedad”.
“Machismo reprimido”
La especialista enfatizó que en muchos casos hay “un machismo reprimido”, que no se demuestra durante la etapa de enamoramiento, pero sale durante la convivencia.
Agregó que la mayoría de estos jóvenes victimarios vienen de familias divididas, violentas y disfuncionales, lo que implica un círculo vicioso de dolor, ira, victimismo, dependencia emocional. “Lo que viven estos hijos, lo llevan también a sus relaciones futuras”.
Explicó que tanto las víctimas como los victimarios jóvenes tienen poca tolerancia a la frustración, valoración y al sentimiento de merecimiento.
Sara Ramírez opinó que es imprescindible que se trabaje desde la raíz del problema, ya que no se resolverá solo con sanciones drásticas, informó la agencia Andina.
“El Estado, los gobiernos regionales, locales, asociaciones colegios, todas las instituciones debemos generar programas y estrategias orientadas a fortalecer las relaciones familiares y, por ende, con los padres que son los principales protagonistas de esta dolorosa realidad”, puntualizó.