ACTUALIZACIÓN 01-06

Eyvi Liset Ágreda Marchena falleció tras luchar más de un mes por su vida. La joven fue agredida salvajemente por Carlos Javier Hualpa Vacas, un sujeto que le prendió fuego en un bus de transporte público.

NOTA ORIGINAL
Las imágenes son dolorosas y nos estampan la realidad del país: la cara miserable del machismo, del horror. La noche del martes, sin rastro alguno de piedad, Carlos Javier Hualpa Vacas lanzó gasolina a Eyvi Liset Ágreda Marchena. Luego le prendió fuego en un bus de transporte público.

Hualpa Vaca no solo afectó a la joven estudiante de negocios internacionales de 22 años —que ahora lucha por su vida en una sala de cuidados intensivos —, sino también a otros diez pasajeros que resultaron con quemaduras y fueron atendidos por 4 ambulancias, 2 autobombas y 1 carro de rescate de los .

Susana Anavitarte Pérez Lama es hija de una de las pasajeras del bus que ardió la noche del miércoles. Su madre regresaba a casa cuando ocurrió este intento de . "Mi mamá estuvo por ahí y vio todo: la gente salir del bus, a la chica en llamas y a quienes, en su afán de ayudar, le rociaban (polvo) con extintores", contó a Perú21.

El extintor parecía una opción ideal pero resultó altamente peligroso, pues su composición química no está pensada para actuar en la piel humana y mucho menos en una quemadura. Esto afectó más a Eyvi Ágreda, quien tiene el 60% de su cuerpo quemado. 

La mamá de Susana brindó ayuda a dos mujeres que estuvieron en el bus y necesitaban ir al hospital debido a las quemaduras. "El hombre le dijo 'Si no eres para mí, no serás de nadie, arderás'. Y en cuestión de segundos el bus ardía y la chica también".

Este diario intentó buscar otras declaraciones de testigos, pero no tuvo éxito. Al testimonios del chofer, Julio César Aguilar Crispin, quien reveló que el , se suma esta escalofriante declaración. 

Pese a que todas las pruebas lo apuntan como responsable, Carlos Javier Hualpa Vacas negaba estas imputaciones: según decía, la quemadura de su mano se la produjo cocinando. Hace instantes, en un interrogatorio policial, acaba de confesarse culpable. ¿La razón? Se sentía utilizado, dijo. 

De ser hallado culpable, su pena sería entre 25 a 35 años. 

Eyvi Ágreda
Eyvi Ágreda

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