Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Frente a la pantalla, la periodista  aparece a diario entrevistando a los políticos más rapaces y enfrentando a las autoridades más controvertidas. Su tenacidad se ha convertido en uno de sus sellos; sin embargo, hoy ha revelado dos episodios que le marcaron su vida. Dos sucesos de abusos.

A través de una , la periodista de Canal N contó que —lamentablemente— como tantas mujeres en el Perú, fue víctima de abuso sexual cuando era pequeña.

"Tenía 4 años. Caminaba sobre esa inocencia perfecta cuando una tarde un pariente me pidió que me acercara a la cama de mi abuela, en donde él descansaba. Desconfiada, obedecí. El único recuerdo que hasta ahora me acompaña intacto es un susurro: "Prométeme que no se lo dirás a nadie". Así, el miedo y la confusión anidaron en mí, oscureciendo parte de mi infancia y dejando una cicatriz que todavía cargo", contó la periodista.

Para su pesar, este no sería el único aterrador episodio. Un nuevo mal recuerdo la invade y por aquel entonces apenas tenía seis años de edad.

"La segunda vez fue con el padrastro de una vecina, dos años después del susurro. Me encerró en un cuarto de su departamento, me pidió que me sentara en sus piernas y todo se hizo bruma: un tormento indescriptible al que me opuse con toda mi fuerza, pero sin éxito. Acabé encerrada dentro del clóset de mi amiga, perdida en un llanto que quizá no terminó nunca. La habitación rosada de mi amiga –rayos– tampoco la puedo olvidar", recuerda en su revelador texto. 

La periodista señala lo difícil que le ha sido revelar estos recuerdos públicamente, pero que son necesarios ya que "es tiempo de usar el dolor para algo más grande, de transformarlo en una herramienta para empoderar a otras".

A pesar de que ya pasaron varias décadas de aquellos dolorosos momentos, la periodista denunció que actualmente atraviesa un momento similar. Esta vez por el acoso que sufre a causa de un sujeto. La victima ya no sería ella sola, sino también sus hijos.

"En Navidad del 2016 recibí una carta firmada por José Carlos Andrade Beteta. No lo conocía. Confesaba amor y obsesión. Yo, aterrada, decidí ignorarlo. Pero no pude: llegaron más cartas. Empezaron las llamadas de madrugada, los tuits acosadores y públicos", escribe Melissa Peschiera.

A pesar de que el hombre fue capturado hace pocos meses —rondaba la casa de la reportera— ahora ya se encuentra en libertad. Melissa Peschiera mostró su indignación sobre esta decisión, aunque termina su escrito fuerte y clara: "Pero todavía tengo mi voz, y aquí está. Y no soy solo yo. Somos millones vejadas por la indiferencia de todos. Pero ya no estamos solas: juntas podemos cambiar las cosas. Para mi hija. Para las suyas".

TAGS RELACIONADOS