La metodología TiNi, reconocida por la UNESCO como una buena práctica educativa, ha permitido apoyar en el proceso cognitivo, físico, social y emocional de los estudiantes, pues la incorporación del aula de la Madre Tierra proporciona que los maestros aprovechen su riqueza y construyan un vínculo afectivo. De esta manera, la metodología empata con el objetivo de cuidar la salud de las personas a través de la conservación del medio ambiente que produce cambios positivos para todos, aseveró Leguía.