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Más de 240 mil personas en riesgo por crítica situación de quebradas
Solo en el distrito de Lurigancho-Chosica, se han identificado 30 zonas vulnerables ante peligros geológicos por el fenómeno de El Niño.
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Fecha Actualización
En junio de 2023, el Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN) estimó que el evento tendría una probabilidad del 77% para el verano de 2024, con una magnitud entre fuerte y moderada. Seis meses después, los valores se han reducido. El último reporte indicaba una ocurrencia de 37% moderado y 33% débil. Sin embargo, resultaría ingenuo subestimar el cambio de la naturaleza cuando apenas empieza este periodo estacional.
En este inicio de año, regiones como Huánuco y la sierra de Piura, Huancabamba, ya reportan varios sectores inundados por el desborde de ríos, lo que incluso ha cobrado la vida de una persona. En los anuncios diarios que emite el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) sobre el escenario de riesgo ante una posible activación de quebradas, en Lima apenas hay tres provincias registradas: Huaura, Oyón y Yauyos, con una población total de 996 mil que podría resultar afectada. En cambio, Junín, por ejemplo, tiene a casi un millón; para ser más exactos hay 819,367 personas vulnerables.
Cabe recordar que el devastador resultado que dejó el paso del ciclón Yaku en el país fue la muerte de 84 personas, 9 desaparecidas, 280,000 afectadas por emergencia y más de 47,000 damnificadas, según reportó el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI).
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ESCENARIO ACTUAL
En conversación con Perú21, Miguel Yamasaki, jefe del Centro de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), indicó que las actuales precipitaciones están sucediendo por estacionalidad. “Es un periodo en el que todos los años suele ocurrir este fenómeno de precipitaciones. Lima, por ahora, no estaría siendo golpeada. Las lluvias están más orientadas hacia el flanco oriental. Cuando están más pegadas a las zonas de Chosica, zonas occidentales, hay más peligro de activación de quebradas. Eso no descarta qué pueda suceder “, dijo.
Producto del inicio de la temporada de lluvias es que los caudales de los ríos han venido incrementándose dentro de lo normal. El 3 de enero, el río Rímac alcanzó un caudal máximo de 81.74 m³, un valor cercano al umbral naranja (90 m3). En tanto, el río Chillón alcanzó el umbral amarillo con 20.56 m³.
Por otro lado, desde el Senamhi están al tanto del comportamiento de las quebradas y su posible activación. Carlos Pichilingue, subdirector de Preparación del Indeci, sostuvo que la activación de quebradas responde a una antelación de lluvia. “De unos 5 a 7 días, el suelo se satura y, si continúan estos episodios lluviosos, se comienza a generar este movimiento. También depende de la susceptibilidad que tenga el área donde está cayendo la lluvia. Algunas áreas son más susceptibles a este movimiento en masa que hay. Entonces, donde hay más riesgo es donde, digamos, el material es más preponderante al movimiento en masa, donde hay un mayor peligro”, manifestó César Pantoja, especialista en Hidrología del Senamhi.
Aunque en Lima Metropolitana la presencia de huaicos, como los ocurridos durante el ciclón Yaku, aún no se ha reportado, se prevé que ciertos distritos, en especial los de la zona este, serán afectados con los mayores embates del FEN.
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ZONAS CRÍTICAS
El Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (INGEMMET)—a través de su Informe Técnico N° A7459— identificó 81 zonas críticas en 14 distritos por peligros geológicos ante el fenómeno de El Niño en Lima Metropolitana. El distrito con la mayor cantidad de ellas lo encabeza el distrito de Lurigancho-Chosica, con 30. Son 240,814 personas las que habitan en este distrito —según el Censo de 2017— y están amenazadas por 83 peligros geológicos (flujo de detritos, erosión fluvial, inundación fluvial, caída de rocas, erosión de ladera y derrumbes).
Que Chosica encabece la lista tiene relación también con la cantidad de quebradas que rodean su casco urbano. Se tienen identificadas, al menos, a 16: Vizcachera, Chacrasana, Yanacoto, Quirio, Pedregal, La Libertad, Carossio, Corrales, La Ronda, Señor de los Milagros, Mariscal Castilla, Virgen del Rosario, Santo Domingo, Cantuta, California y Coricancha. Todas también forman parte de las 81 zonas críticas.
Aunque muchas personas viven en zonas altamente vulnerables, a unos metros de las quebradas e incluso de los ríos, la recomendación de las autoridades ha sido insistente: reubicar. Sin embargo, es todo un proceso burocrático. “Este proceso no dura meses, dura hasta años, ya que, para que hagan una reubicación definitiva, se requieren estudios necesarios como las evaluaciones de riesgo, ordenanza municipal. Ver la zona donde van a ser reubicados, hacerle también su estudio, su informe de riesgo y ver cuál es el costo-beneficio. Es decir, si es que es más factible implementar medidas de reducción de riesgo, o reubicar a la población”, dijo el ingeniero Pichilingue.
MALLAS GEODINÁMICAS
Por ahora se ha mantenido la estrategia de la instalación de barreras dinámicas o mallas geodinámicas. Veintidós de ellas se pusieron en 2015 y consisten en el paso libre del flujo de agua y la retención de rocas y material aluvial mediante mallas de metal.
En ese entonces, fueron colocadas en nueve quebradas de Chosica: Carossio (4), Pedregal (4), Corrales (2), Mariscal Castilla (3), La Libertad (2), Santo Domingo (2), Quirio (2), y La Ronda (2). En Chaclacayo, se instaló una en la quebrada Huampaní, en beneficio de 60 mil pobladores.
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En junio del año pasado, el alcalde de Lurigancho-Chosica, Oswaldo Vargas, solicitó al Gobierno la instalación de 17 geomallas más para evitar la caída de huaicos. Dos meses después, en agosto, el burgomaestre firmó ocho actas con la ANA, para la adición de 10 diques y la instalación de cuatro geomallas adicionales en algunas de las quebradas mencionadas anteriormente, pero hasta el momento no se ha hecho realidad.
Una de las quebradas más pronunciadas es Quirio y, pese a que cuenta con varios diques de contención, estos se encuentran seriamente dañados. “Lo que falta hacer es encauzamiento del vaso hidráulico de la quebrada y algunos diques transversales también. Por otro lado, el tema de una malla o barrera dinámica a cargo de la ANA, que aún no se instala. De parte de nosotros, la descolmatación ya está terminada”, señaló Gustavo Mayor, subgerente de Defensa civil de la Municipalidad de Chosica.
Parte de la causa que el fenómeno El Niño se haya debilitado es el Anticiclón del Pacífico Sur, que desde octubre se ha ido acercando a las costas del país, enfriando la capa superficial del mar. En pocas palabras, estamos iniciando el verano en condiciones normales. Pero, ojo, no vale bajar la guardia. Las advertencias están dadas. Aún hay mucho por trabajar.
“Hay una desidia desde el inicio”
Jefe de la Autoridad Nacional del Agua advierte lentitud de burocracia estatal y falta de gestión de los alcaldes
En los últimos días, el alcalde de Chosica llamó la atención acerca de la lentitud en el mantenimiento y colocación de geomallas en las quebradas de su jurisdicción. Las lluvias acechan y los deslizamientos son inminentes. Aquí las geomallas juegan un papel clave para evitar contratiempos.
¿Qué es lo que está pasando? Un reciente decreto de urgencia encargó a la Autoridad Nacional del Agua (ANA) la construcción de 12 barreras dinámicas y 35 diques de contención, con una inversión de 72 millones.
“Nos dieron ese encargo especial, pero (desde el MEF) han desembolsado el dinero a fines de octubre; entonces, en dos meses, siendo una obra de inversión pública, es imposible que lo hagamos. No es que hay un retraso; en todo caso hay una desidia desde el inicio”, explica a este diario Juan Carlos Castro, jefe de la ANA.
Precisó que la instalación de las geomallas constituye una obra de gran envergadura, que se arma como una especie de anillos protectores y se anclan en los cerros. Las geomembranas se traen desde Suiza. “Es una empresa muy especializada, requiere un análisis técnico, estudios topográficos, evaluar las características de las quebradas. No es que, en dos meses, porque los señores alcaldes lo quieren, se colocan”, señaló.
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El funcionario recordó que en 2015 la institución que dirige colocó 22 geomallas en nueve quebradas. En 2017, la gestión de estos sistemas pasó a manos de los municipios en su calidad de líderes del sistema nacional de gestión de riesgos en sus jurisdicciones.
Son ellos, dijo, los que tienen que sustentar ante el Ministerio de Economía sus proyectos para el mantenimiento de las geomallas.
Castro adelantó que la próxima semana se difundirá información sobre las fajas marginales para concientizar a la población para que no invada las riberas de los ríos. “Hasta siembran dentro del río y después no quieren ni siquiera que le limpien el río porque están sus cultivos”, remarcó.
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