Es posible que parte de la sociedad no los comprenda, pero ellos viven su amor (Foto: Piko Tamashiro)
Es posible que parte de la sociedad no los comprenda, pero ellos viven su amor (Foto: Piko Tamashiro)

Redacción PERÚ21

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¿Qué tienen en común un maquillador publicitario y un obstetra? ¿Qué puede unir a dos hombres, uno del Callao y otro de Surquillo? ¿Qué puede mantenerlos juntos por años? ¿Qué puede hacer que no les importe los prejuicios sociales y se dejen llevar?

La única y verdadera razón es el amor. El amor dueño de sus corazones. Marco Antonio Ramírez Sánchez y Óscar Eduardo Vicente Yllescas se aman desde hace nueve años, disfrutando cada día como uno nuevo, único y último.

Sus ojos se encontraron por primera vez en una discoteca. Cada uno había ido con sus amigos, bailaron un par de piezas, y sintieron que la chispa del amor despertó dentro de ellos. Cupido les habló al oído, y ambos confiesan que tenían la seguridad de terminar juntos para siempre.

"Nos vimos en la discoteca, bailamos, e intercambiamos números. Nos vimos a la semana y de allí empezamos a salir. Mientras más nos veíamos era más difícil dejar de vernos, y al mes decidimos vivir juntos. Desde allí no nos hemos separado ni un solo día. Es más, el amor ha ido creciendo mientras han ido pasando los años", dice Óscar, tomando de la mano a Marco.

Tolerancia, respeto y amor

Óscar de 34 años es una persona dedicada, alegre y muy cariñosa, mientras Marco de 36 años es un hombre centrado, práctico y con ganas de superarse cada día. Esas características fueron las que cada uno ama del otro y consideran que los complementa porque cada uno tiene lo que al otro le falta.

Tolerancia, respeto mutuo y mucho, mucho amor es la clave fundamental de la relación entre Marco y Óscar. Ellos llevan amándose nueve años, fruto de ese amor crearon juntos un exitoso negocio: un centro de estética, que ambos manejan en el Callao, ese gran amor también trajo a sus vidas a Napoleón un hermoso fox terrier, que es como su hijo, testigo de su inacabable pasión.

"Yo aprendí el oficio del estilismo por Marco porque yo había estudiado obstetricia. Pude dedicarme a mi profesión pero me di cuenta por él que mi vocación es la belleza", cuenta Óscar, quien se siente ahora como pez en el agua en el oficio que practica desde hace ocho años.

Una de las cosas que fortalece la relación entre Marco y Óscar es que las familias de ambos los reconocen y aceptan como una pareja, algo que ambos agradecen y de lo que se siente privilegiados porque saben que no todos tienen ese respaldo.

"Toda mi familia y mi círculo sabe que estoy con Marco, igual su familia. Somos aceptados y consentidos tanto en su casa como en la mía. Eso hace que nos sintamos más seguros, y con ganas de seguir creciendo como pareja", aclara Óscar.

Amarse en esta sociedad

La única dificultad que tienen como pareja son los prejuicios sociales que los reprimen y los limitan.

"Yo creo que las dificultades son muchas más por la sociedad. Cuando mi familia supo que era gay al comienzo le chocó, pero creo que poco a poco les enseñé que puedo amar, que puedo ser igual que cualquiera de mis hermanos. Sin embargo, la sociedad siempre será prejuiciosa", señala Marco. No esconde la frustración.

"Las dificultades son mínimas, sobre todo el hecho de no poder caminar de la mano como cualquier pareja normal. No lo hago por el temor de que nos vayan a ofender o nos vayan a agredir verbalmente", dice Óscar, y Marco precisa: "Si en un momento quieres darle la mano a tu pareja es porque te nace y no porque que quieres llamar la atención o para que la gente te vea".

Pese a todo, Marco y Óscar han logrado consolidar su relación y quieren seguir creciendo como pareja. Su próximo paso es el matrimonio. Ellos quieren darse el sí en el Perú, por eso esperarán pacientemente a que las leyes los protejan: "Nuestro sueño es casarnos y es lo que más queremos", afirma Marco, a lo que Óscar complementa: "Estamos luchando por eso, hemos ido a las marchas, y manifestaciones. Queremos hacerlo aquí, somos peruanos no deseamos casarnos en el extranjero, y queremos que los derechos que tengamos los tengamos aquí también".

Cupido, San Valentín, la casualidad y el destino unieron a Óscar y Marco. El respeto y la tolerancia los mantiene juntos en una historia que no tiene punto final.