Anís Samanez continúa en el centro de la polémica. La artesana Milka Franco rompió su silencio y reveló detalles sobre su experiencia trabajando con la diseñadora peruana, quien la habría amenazado, maltratado y responsabilizado por las críticas que enfrenta actualmente.
Como se recuerda, Samanez se encuentra en el centro de la controversia luego de sus declaraciones durante el evento Orígenes 2024, celebrado en Lima, donde afirmó haber trabajado con integrantes de la comunidad shipibo-konibo.
Durante el evento, realizado el pasado 28 de noviembre, la diseñadora relató que la comunidad intentó cobrarla 5 mil dólares para que "le enseñen más de su cultura".
Luis 'Cuto' Guadalupe, exfutbolista, destacó el rol crucial que tuvo su hermana, en la concepción de este proyecto.
Milka Franco, una artesana shipiba radicada en la comunidad de Cantagallo, desmintió las declaraciones de la diseñadora Anís Samanez y ofreció su versión de los hechos.
Según Franco, la controversia se originó mientras ella se encontraba en Pucallpa y solo se enteró del problema al regresar a Lima. Ante esto, decidió comunicarse con Samanez para esclarecer la situación. Sin embargo, lo que comenzó como una llamada de aclaración terminó, según sus palabras, en una agresión verbal.
“Este pronunciamiento lo estoy haciendo porque, tras llamarla el día 4 de diciembre de 2024 para preguntarle sobre lo sucedido, en lugar de explicarme o darme detalles, la diseñadora me gritó de manera prepotente y agresiva”, declaró Franco.
La artesana shipiba también afirmó que Samanez la responsabilizó por el acoso que estaba recibiendo en redes sociales: “Me amenazó con denunciarme e incluso sugirió que yo debía disculparme con ella. Alegó que el bullying en su contra era mi culpa y resultado de mi mal agradecimiento hacia sus supuestas buenas intenciones de ayudarnos”.
La artesana cuestionó además las afirmaciones de Samanez sobre los pagos y el trabajo realizado.
Así, negó que la diseñadora haya viajado a la selva o colaborado directamente con la comunidad shipibo-konibo, como insinuó. En cambio, señaló que Samanez se contactó con el Colectivo de Shipibas Muralistas, un grupo de artistas radicado en Barranco.
En cuanto a los acuerdos económicos, Franco explicó que la propuesta inicial fue cobrar 5,000 soles por diseño y no 5,000 dólares como indicó Samanez. Este acuerdo contemplaba cinco diseños exclusivos para su línea de moda, pero la diseñadora rechazó la oferta argumentando que el precio no era razonable.
Ante esta situación, tres integrantes del colectivo aceptaron trabajar individualmente para Samanez debido a necesidades económicas aunque en condiciones poco favorables.
“El precio que pagó Anís a cada una de nosotras fue de 400 soles por bordar las telas que ella proporcionó. Este trabajo, que duró una semana, le costó en total 1,200 soles por el esfuerzo conjunto de tres personas”, detalló Franco.
Con estas declaraciones, Franco busca esclarecer los hechos y dar voz a las artesanas que, asegura, han sido perjudicadas por la diseñadora.
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