El mismo día que a la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, le tocó acudir al Congreso para declarar como testigo en la investigación que implica al congresista Héctor Becerril, los miembros del movimiento evangélico El Aposento Alto decidieron tomar por la fuerza, sin orden judicial, la explanada del estadio aliancista.
La secta religiosa es liderada por Alberto Santana Leiva, pastor que apoyó la campaña presidencial de Fujimori en 2016. El 2 de mayo de ese año, Santana y otros líderes evangélicos convocaron a la entonces postulante a la Presidencia al coliseo Amauta para que, ante miles de correligionarios, firme un acuerdo contra la homosexualidad, el aborto y la adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo.
Estando en la segunda vuelta electoral, Keiko Fujimori buscaba los votos de este sector que le garantizaran su victoria en las ánforas. Al frente tenía como rival a Pedro Pablo Kuczynski, quien fue el que finalmente se convirtió en mandatario.“Yo no estoy a favor de la unión civil ni la adopción de niños por personas del mismo sexo, estoy en contra del aborto, he firmado este compromiso porque coincide con todas mis convicciones”, expresó Fujimori aquella vez.
¿CORTINA DE HUMO?
Para los hinchas de Alianza Lima, la invasión del estadio no fue un acto aislado a lo que sucedía en la sede del Parlamento. El Comando Sur, la hinchada representativa del club de La Victoria, se manifestó y dio por sentado que lo sucedido era una maniobra orquestada entre el fujimorismo y el pastor Santana.