La Ley de Modalidades Formativas Laborales, o también denominada 'nueva Ley Pulpín', ha generado el rechazo de los estudiantes técnicos de institutos del país.
El desacuerdo de estos jóvenes se hizo saber a través de una marcha que fue convocada para este viernes por la tarde en la Plaza San Martín, en el Centro de Lima.
La movilización inició a las 4 p.m. con un reducido grupo de manifestantes, sin embargo, horas después, cientos de protestantes ya se encontraban con banderolas, carteles y bocinas en pleno centro histórico de la capital.
Los dirigentes anunciaron que la manifestación iba a desplazarse por distintas avenidas del Centro de Lima, no obstante, sus pretensiones fueron frenadas debido a que el Órgano Nacional del Gobierno Interior (ONAGI) no había autorizado esta movilización.
El enojo de los estudiantes de institutos como Senati, ISIL, Daniel Alcides Carrión, entre otros, se desbordó de manera violenta. Los manifestantes intentaron a como dé lugar romper los cercos policiales que se habían formado en las avenidas y calles aledañas a la Plaza San Martín.
La Policía Antimotines bloqueó los accesos de salida y entrada a la plaza para que los manifestantes no puedan desplazarse. Esta medida enfureció a los jóvenes, quienes lanzaron botellas y demás objetos contra los efectivos.
En las entradas de Jirón de la Unión, de la avenida Nicolás de Piérola y en el del jirón Carabaya se registraron empujones, golpes y detonaciones producto de las bombas lacrimogénas que tuvieron que usar los policías para dispersar a los estudiantes.
La situación se tornó incluso más violenta cuando los jóvenes —que exclamaban que los dejen salir de la plaza— hicieron explotar distintos artefactos pirotécnicos en contra de los policías. Cohetes y fragorosas bombardas se escuchaban a los lejos.
Los efectivos policiales —quienes llegaron en motos, camionetas y buses para controlar la situación— respondían al actuar de los jóvenes lanzando bombas lacrimógenas por doquier, llegando a cubrir totalmente el centro de la plaza con gas pimienta.
Los negocios aledaños tuvieron que cerrar tempranamente sus locales para evitar que estos actos bandálicos afecten a sus clientes y sus tiendas. Al promediar las 7:00 p.m. el caos ya se había salido de control. La plaza se asemejaba a un campo de batalla.
A los pies de la estatua del libertador San Martín, los estudiantes incendiaron un conjunto de objetos a manera de protesta contra la represión policial. Conforme pasaban los minutos, poco a poco los manifestantes —uno por uno— iban retirándose con los ojos llorosos y con el cuerpo sudado.
Entre los detenidos, hubo a una persona que fue capturada por los mismos manifestates por supuestamente haber aprovechado el tumulto para robar. El sujeto fue llevado por la Policía Nacional a la comisaría más cercana.
Este prospecto de Ley de Modalidades Formativas Laborales aún sigue dando qué hablar y otra marcha —tal y como los dirigentes de estos estudiantes lo anunciaron— viene en camino. Se espera que la próxima movilización sí cuente con todos los permisos necesarios para que no vuelva a repetirse esta situación que nada aporta a la solución de este conflicto.