Redacción PERÚ21

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A 15 años de la tragedia de que enlutó a cientos de familias, entre comerciantes de galerías, compradores, y transeúntes, esta zona comercial hoy luce abarrotada de gente, como si la muerte no hubiera rondado un 29 de diciembre de 2001.

Decenas de ambulantes y público llenan las calles y nos preguntamos si hemos aprendido la dura lección que nos dejó el terrible incendio.

Algunos comerciantes han tomado las precauciones del caso, colocando en sus puestos botiquín, extintores, áreas libres para peatones, entre otros artefactos que exige Defensa Civil. Sin embargo, otros aún no toman conciencia y hacen caso omiso a estos importantes detalles, que por desgracia hace 15 años acabó con la vida de cerca 300 personas. Dejó 600 heridos y más de 350 desaparecidos.

Para el comerciante César Matos, quien asegura haber cumplido todas las precauciones para asegurar la tranquilidad de sus clientes, las medidas que la Municipalidad Metropolitana de Lima ha dispuesto para cuidar la seguridad de la zona en las fiestas navideñas, se deberían aplicar todo el año.

"El compromiso que debería tener la municipalidad es para todos los comerciantes porque hay lugares donde pululan los ambulantes, y las galerías pequeñas son cuello de botella, y son una bomba de tiempo. La Municipalidad de Lima no hace nada por ellos, pero a las tiendas que estamos en orden nos ponen multas por pequeñas cosas como los toldos de sol, que nos protegen", se quejó Matos.

Un comerciante de juguetes (que prefirió no dar su nombre) fue uno de los sobrevivientes de la tragedia. Y recuerda el día con dolor. Perdió a su cuñado, y afrontó la experiencia más horrible de su vida: huir de la muerte, aterrado, pensando que no saldría ileso de ese infierno.

"Yo recuerdo con bastante pena y dolor el siniestro que ocurrió hace quince años, donde perdí a mi cuñado, el señor Fredy Ayauca Morales. Yo usualmente venía a hacer mi cobranza en una galería y sentí las explosiones. Era una cosa espantosa. No salí en dos horas. Por cuestiones de seguridad me coloqué en un tragaluz y allí me coloqué", detalla.

Y Maryori Ayrauja Miralla perdió a su padre. No recuerda su rostro porque en esa época ella tenía tres años. Por cosas de la vida, Maryori trabaja frente a la galería donde murió su progenitor.

"Yo era pequeña, me comentaron que hubo el incendio, que fue fuerte y allí falleció mi padre (…) Vino de compras y ya no podía salir de la galería, y allí se asfixió, así me contaron. Yo tenía tres años, ahora yo trabajo aquí en Mesa Redonda", relata Maryori con tristeza.

Tomar precauciones en Mesa Redonda

También en Mesa Redonda encontramos al subteniente de la compañía de bomberos Roma 2, Gustavo Inciso Albornoz.

Más que recuerdos, Inciso prefiere ofrecer una serie de consejos:

  • No traer niños ni personas mayores.
  • Si hay un incendio lo primero es evacuar inmediatamente,
  • Cada galería debe contar con seguridad contra incendios
  • Los comerciantes deben estar capacitados para poder responder efectivamente ante cualquier eventualidad.

El día culmina en Mesa Redonda, entre el bullicio de las compras, y el recuerdo de una pesadilla que marcó cientos de hogares.

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