José Abelardo Quiñones se inmoló un 23 de julio de 1941. (Perú21/FAP)
José Abelardo Quiñones se inmoló un 23 de julio de 1941. (Perú21/FAP)

Redacción PERÚ21

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Una de las gestas más grandes de la historia del Perú la escribió José Abelardo Quiñones. Este aviador de guerra lambayecano, nacido un 22 de abril de 1914, ofreció su vida con el fin de atacar un puesto de combate ecuatoriano en medio de la guerra de 1941. Su gesta, su inmolación, su valor dieron paso a que cada 23 de julio –recordando el día de su muerte– se conmemore el Día de la Fuerza Aérea del Perú.

Es así que hoy se rinde homenaje a la gloriosa Fuerza Aérea del Perú en el 76° Aniversario de la inmolación del héroe nacional "Capitán FAP José Abelardo Quiñones", reconocido como Gran General del Aire del Perú.

El libro escrito por el Mayor General FAP Oscar Gagliardi Kindlimann y Oscar Gagliardi Corpancho, relata así los sucesos ocurridos ese 23 de julio de 1941.

"Divisado el objetivo, el avión guía, con el Comandante Alberti en los mandos, inició la rotura de la formación, con un viraje descendente a la izquierda, para ingresar a la primera corrida de ataque, seguido de su número dos, el Teniente Paraud; el fuego antiaéreo se hizo presente, pero los aviones continuaron su descenso hasta la altura de 800 metros para soltar sus bombas, las estructuras metalicas de los aviones recibieron impactos de la metralla ecuatoriana. El guía y el alero número 2 efectuaron la restablecida para iniciar un viraje ascendente y tomar nuevamente la altura requerida para un segundo ataque; mientras eso ocurría, el avión número 3, al mando del Teniente José Quiñones, efectuó un viraje descendente iniciando de esta manera la carrera de ataque hacia Presione para ver la imagenel objetivo asignado, el altímetro registraba la disminución de la altura. Quiñones estaba con la atención puesta en la mira de su aparato, su apreciado NA-50 al que lo llamaba "Pantera". El Alférez Rivera, como alero número 4, había ingresado en carrera de ataque dejando los 2,000 metros detrás del avión de Quiñones. El fuego antiaéreo se hizo intenso, ambos aviones continuaban su descenso hacia el objetivo por batir, de pronto humo y fuego brotó del avión North American NA-50 del Teniente Quiñones, la mirada de sus compañeros se fijó en el Presione para ver la imagenaparato herido, el pensamiento de que su joven piloto de 27 años haría uso de su paracaídas para salvar su vida, y del que todos conocían que tenía amplia experiencia ya que había pertenecido a la unidad que había sido organizada por el Teniente Comandante Ergasto Silva G. en Chiclayo, se diluyó rápidamente, porque apreciaron que el NA-50, herido de gravedad y envuelto en llamas, cobraba vida, gracias a la decisión de su piloto, quien en un acto de sublime desprendimiento, gran coraje y valor, hizo uso de los controles para enrumbarlo hacia el objetivo en Quebrada Seca, hasta impactar en él, haciéndolo explotar y destruyéndolo. El lema instituído en el Escuadrón se había hecho realidad: "Derribado pero sobre el objetivo". Los otros aviones que conformaban la Escuadrilla 41 continuaron con su misión y efectuaron un siguiente ataque, retornando a Tumbes a las 08:45 horas." (Alas de Gloria, UAP, Lima:2004)

El 10 de mayo de 1966, el entonces presidente Fernado Belaunde Terry, declara a José Abelardo Quiñones como héroe nacional por su gesta en la Batalla de Zarumilla. Asimismo, el mandatario ordena que cada 23 de julio se conmemore el 'Día de la aviación militar en el Perú'.

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