¡Lo logró! Después de cuatro años de lucha, el pequeño Bruno, de tan solo cuatro años, regresó feliz a su natal Cajamarca, tras recuperarse de una cirugía compleja, a cargo de un equipo multidisciplinario del Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja, que logró con éxito construir su esófago con parte de su propio estómago mediante una técnica de Ascenso Gástrico que hoy le permite ingerir sus alimentos.
El menor nació con una enfermedad congénita llamada atresia esofágica tipo Long Gap que le impedía tragar saliva y alimentarse debido a que el conducto de su esófago estaba incompleto y no tenía conexión con su estómago representando alto riesgo vital para el paciente.
Previa a esta cirugía, Bruno fue sometido años atrás a cuatro intervenciones quirúrgicas: gastrostomía (para alimentarse), traqueostomía (para respirar), esofagostomía (impedir el paso de la saliva) y una cirugía de tórax por un quiste broncogénico para frenar las continuas neumonías que padecía.
El 25 de febrero último, días antes de declararse la emergencia sanitaria por la covid-19, Bruno fue intervenido por quinta vez para el reemplazo de su esófago en un procedimiento que duró más de seis horas.
EXITOSA OPERACIÓN
El jefe de Cirugía Neonatal y Pediátrica, Dr. José Apaza León, explicó que para esta operación se diseñó un plan de trabajo a cargo de especialistas como cirujanos, radiólogos, gastroenterólogos, pediatras y enfermeras que consistió en recortar el estómago y formar un tubo de 7 centímetros que se une con el esófago a fin de darle continuidad al tubo digestivo. La operación fue un éxito que recibió el agradecimiento de la madre del pequeño, Erika Misahuamán.
El menor estuvo internado en Cirugía Pediátrica, donde recibió terapias de lenguaje, respiratoria y física, así como rehabilitación por parte de un equipo de gastroenterólogos que se encargaron de realizar un trabajo para dilatar su esófago a fin de restituir el pasaje del alimento hacia el estómago y comenzar su nutrición por la boca con papilllas, leche y progresivamente con comida sólida, acotó Diana Pérez, gastroenteróloga pediatra.