Doloroso final. Peritos de Criminalística de la Policía hallaron pistas de la pequeña Xohana en la Plaza de Armas.
Doloroso final. Peritos de Criminalística de la Policía hallaron pistas de la pequeña Xohana en la Plaza de Armas.

La buscaron casa por casa, recorrieron cada rincón de Cerro Azul y de los balnearios aledaños. Nadie se explicaba qué había sucedido con la pequeña , cómo de pronto se había extraviado en una plaza llena de gente. Finalmente, la triste y desgarradora respuesta llegó en el mismo lugar de la misteriosa desaparición: la niña, quien en un mes iba a cumplir tres años, fue encontrada muerta dentro de un pozo subterráneo en la Plaza de Armas de .

Es decir, en el mismo lugar por el que Cleverson Guerra y Devora Guerrero, padres de la menor, pasaron una y otra vez gritando el nombre de su hija, y el mismo lugar que se convirtió en el centro de concentración de decenas de vecinos y de cerca de 100 policías que llegaron a buscar a la niña.

Entonces, ¿qué fue lo que ocurrió? Los padres de habían llegado a la citada Plaza de Armas para ver las celebraciones por el aniversario de Cerro Azul. Ellos se recostaron en el muro de una pileta, mientras que la pequeña y su hermana de 7 años jugaban muy cerca.

En segundos, Xohana ya no estaba. Se dijo que vieron a un sujeto que, al parecer, había estado observando a las niñas. Es más, señalaban que un video lo delataba y hasta detuvieron a un sospechoso en Asia.

Las hipótesis no quedaron ahí. El jefe de la Región Policial Lima, general Gastón Rodríguez, habló de la intervención de seis personas, entre ellas los propios padres de la niña. Dijo que había una “relación indebida” y que estaban investigando esto.

TRISTE DESENLACE
Transcurrieron 40 horas de angustia, sin hallar rastros de la niña. Sin embargo, fueron los propios vecinos de los que dieron la alerta de una pista. “Desde anoche les dijimos a los policías que en la Plaza de Armas había pozos subterráneos, pero no nos hicieron caso”, comentó una madre de familia.

Recién ayer cerca de la 11:00 de la mañana, los policías inspeccionaron la plaza y encontraron dichos pozos.
Confirmaron que la tapa de uno de estos estaba superpuesta y que en el interior había agua empozada.

Los agentes solicitaron el apoyo de un pescador de la zona, Edgar Ramírez. Le pidieron que ingresara a dichos ductos. Media hora después, con un equipo de buzo, entró a un primer pozo por una abertura de un metro cuadrado, y salió a los pocos minutos.

Luego volvió a otro pozo y después de 20 minutos de recorrido, divisó el cuerpo de una niña. “La Policía me pidió que no la tocara, solo les confirmé que vi a la pequeña y que vestía de rosado”, contó el pescador antes de ser abordado por un grupo de policías.

Posteriormente, llegaron agentes de Salvataje que fueron los que finalmente recuperaron el cuerpo sin vida de la pequeña. Todo esto ocurría mientras los padres permanecían desesperados dentro de la comisaría.

Poco después llegarían a la Morgue de Cañete para confirmar lo que ellos se negaban a aceptar: su pequeña niña estaba muerta.
El coronel PNP Mario Torres Álvarez, jefe de la División Policial de Cañete, explicó que en la Plaza de Armas hay dos pozos subterráneos que eran usados como reservorios de agua para el riego de los parques y otro pozo que es una especie de sala de máquinas de la pileta. Esta última no tiene filtraciones de agua.

“Cada uno de los pozos mide 3 metros de ancho por 6 de largo, tienen una profundidad de 1 metro 80 centímetros y una abertura (ingreso) de 80 centímetros cuadrados. En uno de estos pozos fue encontrado el cuerpo de la menor”, señaló el oficial a Perú21.

Las tapas de estos pozos están elaboradas de forma artesanal con un marco de madera y una lámina de lata. No tenían bisagras ni candados y una de ellas se balanceaba poniendo en riesgo la vida de las personas que pasaban por el lugar.

Al respecto, Alejandrina Echejaya, abuela de Xohana, acusó de negligencia al alcalde de Cerro Azul, Abel Miranda, por la falta de seguridad en la Plaza de Armas. “Yo denuncio al alcalde por negligencia, por no tener seguro ese pozo que era una trampa mortal”, dijo.

Al cierre de esta edición, la Policía informó que el protocolo de necropsia dio como resultado edema cerebral y pulmonar. “Esto indicaría que la niña se habría ahogado”, indicó un oficial.

DATOS:
-El general PNP Gastón Rodríguez, jefe de la Región Policial Lima, aseguró que durante la búsqueda de la pequeña Xohana recibieron llamadas de personas inescrupulosas que hasta pedían dinero para informar sobre el paradero de la menor.

-La Defensoría del Pueblo recordó a los ciudadanos que no es necesario esperar 24 horas para reportar la pérdida de un menor de edad.

-El Ministerio del Interior informó que desde febrero de este año se han emitido 891 alertas por niños y adolescentes desaparecidos. A la fecha, la Policía aún no ubica a 482 de ellos.

¿Quiénes son responsables de presunta negligencia?

Si bien la causa de la muerte de la pequeña Xohana está en investigación, en torno a este hecho habría una presunta negligencia. Un punto grave que salió a la luz es que la Plaza de Armas de , un lugar adonde acuden diariamente numerosos niños, era un peligro.

La razón: al menos dos pozos tenían las tapas superpuestas, aunque esto fue negado por el gerente de la comuna de , Jaime Cubillas. “Es falso que el pozo haya estado abierto. Los pobladores me dijeron que lo habían revisado”, aseguró.

Agregó que ya habían buscado a la menor en dicho lugar. “Ellos buscaron en los buzones, pero no vieron a la niña. ¿Cómo terminó el cuerpo ahí? Eso es materia de investigación”, declaró.

Cabe precisar que el alcalde de ese distrito, Abel Miranda Palomino, en ningún momento acudió a la zona.
Julio César Castiglioni, abogado experto en temas municipales, indicó que es responsabilidad directa del municipio asegurar los pozos de agua en áreas públicas. “Esto es una negligencia de la municipalidad. Hay un muerto y los funcionarios ediles son coautores de este hecho. La Fiscalía debe determinar las responsabilidades”, dijo a Perú21.

Por su parte, la Defensoría del Pueblo expresó que “los gobiernos locales tienen la obligación de garantizar la seguridad y la protección de niños en espacios públicos en los que ejercen su derecho al juego”.