Tras volver a la dirección del Penal de Lurigancho, el coronel Tomás Garay anunció que continuará con los cortes de cabello a los reclusos y ordenó retirar decenas de artefactos eléctricos que se encontraban dentro de las celdas de los reclusos. Además de estar prohibidos, representaban un alto riesgo para la seguridad.
«El corte de cabello tipo escolar no afecta la dignidad de la persona. Es una medida de orden, disciplina y de aseo», afirmó el oficial.
Garay, quien fue recibido por los internos con una ceremonia especial, dispuso el retiro de 38 aires acondicionados. Los reclusos sacaron voluntariamente 26, y los otros 12 tuvieron que ser requisados. También se retiró varias cocinas artesanales y se espera que en los próximos días se haga lo mismo con 200 congeladoras.
El director del reclusorio informó que, debido a la gran cantidad de artefactos, el Estado pagaba mensualmente cuentas que superaban los S/.130 mil en luz y agua. Señaló además que las instalaciones eléctricas podían producir un corto circuito y originar un incendio con consecuencias graves.
