El mundo está lleno de estereotipos que señalan que uno debe ser delgado para verse bien. Sin embargo, hay quienes no tienen la opción de elegir. , recordada actriz peruana, sufre de , una terrible enfermedad que afecta por completo todo su estilo de vida.

Este desconocido mal es muy complicado de diagnosticar y muchos doctores piensan que el paciente exagera y se trata de un caso más de un hipocondríaco. Los síntomas son extremadamente dolorosos para quien lo padece. Ella ha perdido 14 kilos en los últimos tres meses y continúa bajando.

Perú21 llegó hasta ella para conocer su historia a fondo.

A simple vista uno puede notarlo. Llega a su casa en un andador en los mejores casos. Su delgadez es notoria. Sin embargo, el humor de Francesca no es el de una persona enferma o que tenga miedo al futuro. A pesar de todo el dolor que la estremece de un lado a otro, su carácter risueño sigue intacto y no se pierde mientras nos narra su historia.

-Me diagnosticaron desde el 2010, pero todo empezó un año antes. Yo era maniática de la comida, era muy obsesiva. Me comenzó a salir algo parecido a la urticaria. Los doctores pensaron que era una alergia, pero era imposible porque siempre comía lo mismo. Me recetaron antihistamínicos y cortisona. No sabían que era en realidad. Con el tiempo se puso peor.

-Me dolían las articulaciones, los huesos. Me di cuenta que iba más allá de unas ronchas. Es muy dificultoso de diagnosticar, no creo que sea muy difícil tener. Muchas personas la deben tener, pero no saben que la tienen.

Francesca espera que pronto legalicen la marihuana medicinal. Ella utiliza aceite de cannabis como medicina tradicional para calmar su malestar.

La mastocitosis sistémica afecta casi todos sistemas del cuerpo humano. En estos momentos el estomacal es uno de los más atacados. Se llena con pocas cantidades y no puede disfrutar del placer de comer, razón por la cual ha cambiado por completo su régimen alimenticio. Hay días en los que solo toma jugos, batidos especiales o infusiones. Suele levantarse a diario con dolor de cabeza. "No hay día que no me sienta mal", dice.

Hace una pausa en la entrevista para pedir un taxi a una de sus hijas desde su celular, pero en la conversación se pierde y tenemos que hacerle recordar. Este mal también tiene repercusiones en su memoria y concentración. Nos hace hincapié que se le dificulta vernos claramente durante la conversación.

"No me gusta que me tengan lástima. No me vas a ver quejándome o pidiendo ayuda. No me gusta que me vean necesitada, pero es parte del aprendizaje. Me he dado cuenta que no pasa nada si pides ayuda. Hay días más difíciles que otros, pasé por muchos momentos de depresión y ansiedad", dice. No quiere que tú, que lees esta historia, sientas pena. Nada de lástima, por favor.

Ella es consciente que cuenta con una gran red de apoyo y que el papel de su familia es fundamental.

"Imagínate. El otro día me puse una chompa de mi hijita de 10 años. Cuando me ven cambiarme me dicen: 'Mami, que nervios, estás muy flaquita'. Mi hijo mayor está regresando de Argentina. Sé que va notar un cambio cuando me vea y me abrace", comenta, sentada en el sillón de su hogar.

Su testimonio está en internet. La creación de un blog, donde narra toda su experiencia, le sirve de terapia y también para ayudar a otras personas. "Me ha escrito bastante gente linda. Anoréxicos me cuentan que van a empezar a comer. Quienes tiene sobrepeso se han dado cuenta que no es algo del todo importante. Incluso hace poco me escribió una chica que parece tener mastocitosis sistémica, según sus últimos resultados del INEN", resalta.

-Mi intención es llamar la atención por las enfermedades raras. Es un jalón de orejas a los médicos y científicos. Yo los entiendo a veces, soy un caso en un millón, pero todas vidas son igual de importantes. No deben dormirse en sus laureles. Me han tratado como hipocondríaca. Conozco mi cuerpo.

Este mal ha tenido graves consecuencias en el cuerpo de la actriz y ha tenido que pasar por muchos médicos que no se han esforzado en tratarla.

"Existen doctores maravillosos, pero es muy frustrante como paciente. Me he roto las costillas, he perdido el útero, me ha dado neumonía, todo a causa de esto. No se puede minimizar mi lucha". Y ahora el tono de su voz es duro.

Francesca nos deja una importante lección y nos hace acordar que uno nunca se puede "creer fijo" en esta vida. Su idea de concientizar a todos aquellos que viven pendientes de situaciones banales y no piensan en todo lo que les puede ocurrir. Esta es su historia, su lucha y su manera de enfrentar la realidad.

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