En medio de la intensa polémica que hay en torno a la falda del uniforme escolar, el ministro de Educación, Daniel Alfaro, hizo ayer una precisión: el uso de la falda no es obligatorio, no hay norma alguna en ese sentido.
Sin embargo, incluso en muchos colegios del Estado, sus directivos obligan a la compra de determinados uniformes que, por cierto, incluyen faldas para las alumnas.
Este debate comenzó con una propuesta de Save the Children para que el uso de esa prensa no sea obligatorio, lo que fue respaldado públicamente por el congresista Alberto de Belaunde.
“La falda, en sí, no es el problema. Es la interpretación que le damos a su uso. Con ella, en nuestra sociedad, le estamos diciendo a las mujeres que deben ser recatadas en sus movimientos, que deben ser tranquilas, que eso de mataperrear es solo de varones”, explicó la antropóloga Cecilia Rivera.
Aseguró que obligar a todas las niñas y adolescentes a emplearla “es una actitud tradicionalista, restrictiva para sus movimientos y limitativo para sus libertades. Que se vistan como quieran vestirse”.
Desde su perspectiva, el Ministerio de Educación debería limitarse a definir el color y el diseño del uniforme, pero que dejen en libertad a los padres y a los propios alumnos a decidir lo que quieren usar.
Al respecto, el ministro Alfaro sostuvo que el uso de falda no es obligatorio y que no existe ninguna norma sobre el uso imperativo de una determinada prenda en los centros educativos.
“La pedagogía recomienda la mayor comodidad de los escolares para tener la mejor experiencia formativa, siempre que se asegure condiciones de protección”, dijo el titular de Educación por Twitter.
Por su parte, el sociólogo Jerjes Loayza opinó que la vestimenta “inscribe a la mujer dentro de un rol determinado: de sumisión, de la imposibilidad de arrebatarse masculinamente”. “Limita bastante la actitud de la mujer, construye un rol de género que le impide tener las mismas oportunidades que tiene el hombre desde niño”, explicó el investigador
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