Los jóvenes recurren a la calle porque las instituciones tradicionales no funcionan para recoger las expectativas ciudadanas, señaló uno de los panelistas.
Los jóvenes recurren a la calle porque las instituciones tradicionales no funcionan para recoger las expectativas ciudadanas, señaló uno de los panelistas.

En el marco de los 31 años de la Convención de los Derechos del Niño, expertos convocados a la reunión de Inversión en la Infancia, que dirige padre Gastón Garatea, coincidieron en la importancia de la voz, opinión y participación en la vigilancia ciudadana de adolescentes y jóvenes.

Participaron en la cita Ana de Mendoza, representante de en el Perú; Severo Cuba, presidente de Foro Educativo; Carlos E. Aramburú, antropólogo y miembro de Inversión en la Infancia; Alejandro Cussianovich, educador y coordinador de Ifejant; y Adriana Urrutia, presidenta de la

Ana de Mendoza, señaló que “un pacto social del Estado que incluya como centro de atención a los niños, niñas y adolescentes, es urgente para acelerar los compromisos para garantizar los derechos de niños, niñas y adolescentes, porque si antes la situación era difícil, con esta crisis estas brechas se están profundizando cada vez más”.

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“En cuanto a participación, hay mucha política pública dirigida a la primera infancia y prácticamente, excepto la política educativa, casi no hay nada para los adolescentes que son el presente y el futuro del país”, subrayó.

Similar temperamento manifestó el representante del Foro Educativo. “Creo que la evidencia muestra una población joven con una gran capacidad de respuesta frente a un hecho que tiene que ver con derechos particularmente democráticos. Su coraje cívico nos da una lección grande de persistir en la construcción de un país democrático. Esto es muy esperanzador, pero esto no se ha estudiado necesariamente en la escuela ni en cursos universitarios, esto se ha aprendido como parte de un capital social e intercultural presente en la sociedad. Las escuelas deben volver a ser una experiencia de vida ciudadana”, señaló Cuba.

Para Carlos E. Aramburú, “los jóvenes recurren a la calle porque las instituciones tradicionales no funcionan para recoger las expectativas ciudadanas. Los partidos políticos deben incorporar a los jóvenes que han demostrado su capacidad de respuesta y capacidad de movilización”.

“Hay un reto muy grande que puede empezar desde la academia en plantear que sin partidos políticos no hay democracia y qué capacidad tienen esos partidos políticos de incorporar jóvenes de manera ordenada y sistemática para que la protesta no sea en las calles sino de maneras institucionales”, remarcó.

El maestro Alejandro Cussianovich sostuvo que “hay una reserva de sentido de dignidad y que esta vez ha estado en las manos y testimonio de lo que llamamos la Generación del Bicentenario”.

“Lo que los jóvenes están planteando es otro proyecto de vida para todos y para todas. Es fundamental repensar las relaciones intergeneracionales, pero ojo, se necesita refundar el pensamiento desde las futuras generaciones, y la necesidad de regenerar la política asentándola en lo ético”, señaló.

Finalmente, Adriana Urrutia, afirmó que “se ha dado una movilización intergeneracional en donde los jóvenes de la llamada Generación del Bicentenario le han dado significado y renovación a los mecanismos de acción a los lenguajes con los que se habla de política”.

“Los jóvenes han sido generadores de cambio para vivir en sociedad, y esta generación que había sido catalogada fuera de los asuntos públicos, nos demuestra que lo público está en el centro de sus preocupaciones”, puntualizó.

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