Como consecuencia de esto, millones de limeños pierden horas dentro de un vehículo, lo que puede llegar a causarles hasta graves cuadros de estrés. (USI)
Como consecuencia de esto, millones de limeños pierden horas dentro de un vehículo, lo que puede llegar a causarles hasta graves cuadros de estrés. (USI)

Viajar en un vehículo por puede ser una verdadera pesadilla. Ya no importa si va hacia el norte, el sur, este u oeste, porque no encontrará salida. Las principales vías de la capital están saturadas y se han convertido en puntos críticos debido a que los municipios, según especialistas, no han asumido la gestión y planificación del transporte.

Como consecuencia de esto, millones de limeños pierden horas dentro de un vehículo, lo que puede llegar a causarles hasta graves cuadros de estrés. Ya no importa si va en un auto particular o un microbús. Igual se cruzará con el caótico tráfico de nuestra capital.

Subir a un vehículo de transporte público es una odisea. Es correr, pelearse y viajar hasta colgado de la puerta de un bus. Esto se repite varias veces, ya que para llegar a sus destinos, los usuarios no solo utilizan una, sino dos o hasta tres unidades.

Muchos de los que prefieren salir lo más temprano posible de sus casas para evitar la infernal congestión, es decir, con calles aún oscuras, se han encontrado con la delincuencia. Así es Lima.

El ingeniero Alfonso Flores, gerente general de la Fundación Transitemos, afirmó que el tráfico vehicular se ha incrementado debido al ingreso a nuestro país de “vehículos de baja ocupación” (taxis y colectivos).

“Hay una demanda insatisfecha de los ciudadanos por el transporte público y la gente prefiere tomar el colectivo. En la Av. Arequipa los buses se demoran el triple del tiempo que deberían, porque la vía ha sido invadida por estas unidades menores”, indicó a Perú21.

Aseguró que otro problema es que las principales actividades económicas de Lima se centran solo en unos cuantos distritos y la gente que vive en los extremos y trabaja en esos lugares debe realizar largos viajes para llegar a estos puntos.

“El 80% de los vehículos circula solo por el 20% de las vías existentes. Es decir, van a La Victoria, Lince, San Isidro, Miraflores y San Miguel. Si uno sube un mapa geotérmico, va a ver en rojo una franja muy pequeña de la ciudad. Todos circulan por esos puntos y el resto de la capital está vacía”, señaló.

Por otro lado, dijo que ni los viaductos ni los by-passes van a ser una solución si no se ejecutan antes otras medidas de tránsito. “Para que funcionen deben, primero, optimizar la red semafórica. Aquí los semáforos tienen tecnología diferente. No están sincronizados. La luz verde no es verde para el otro que viene. Todo debería manejarse con un centro de ingeniería y con tecnología única”.

Por su parte, Juan Tapia Grillo, consultor internacional de transporte, sostuvo que es necesario regular el transporte de carga que circula a cualquier hora del día y en cualquier lugar, aumentando la congestión. Esto sucede en la Av. Javier Prado, advirtió.

“La vía periurbana de Lima es una de las obras en la capital de las que no se puede prescindir. Esta permitiría que los camiones de carga vayan de Ancón a Punta Negra en ruta directa y así los sacaríamos de las vías principales de la ciudad”, sostuvo.

¿SOLUCIÓN A LA VISTA?

El jueves pasado se aprobó en el Congreso la creación de la Autoridad de Transporte Urbano de Lima y Callao (ATU), la misma que se encargará de planificar, regular y gestionar el funcionamiento del sistema de transporte urbano de la capital.

Luis Quispe Candia, presidente de la ONG Luz Ámbar, refirió que esta entidad, que será presidida por el Ministerio de Transportes, es la fórmula para solucionar el caos vehicular.

“Va a gestionar un solo criterio para el transporte de Lima y Callao. Además, implementará un sistema integrado”, afirmó.