Con la depresión no se juega. “Hay que tener claro que la depresión es una enfermedad, como lo es la varicela o la gastritis, por ejemplo, y como tal, requiere atención de los especialistas. No es una cuestión que pueda superarse con fuerza de voluntad. Tampoco se trata de engreimientos o mal comportamiento para llamar la atención”, explica Carmen Solís, psicóloga especialista en crianza y directora de Recreo Ludoteca.
Ante la observación de una etapa depresiva, añade, los padres no deben minimizar los síntomas, tampoco asumir que es producto de la edad o que se trata de un problema de conducta superficial. Se debe buscar ayuda profesional.
La especialista advierte que los resultados de estudios de investigación realizados entre niños y adolescentes “evidencian que la mayoría de los involucrados en el fenómeno de bullying manifiestan sintomatología depresiva”.
¿Cómo protegerlos? La organización Save the Children brinda algunos consejos: escucha y dialoga con ellos. Los niños casi nunca mienten en estos temas. Es importante escuchar lo que han vivido y cómo se sienten, sin juzgarles. Refuercen sus autoestimas. Ayúdales a reconocer sus capacidades, habilidades y el gran esfuerzo que han hecho al haber pedido ayuda.