Alejandro Toledo ha sido acusado de recibir 20 millones de dólares en sobornos y aunque la justicia será la que determine su culpabilidad o no, la denuncia parece haber acabado con la carrera política del ex presidente, quien hace 17 años lideraba el movimiento que acabó con el régimen de Alberto Fujimori.
Durante el 2000, Toledo se convirtió en la figura contra la corrupción que puso contra la pared al gobierno fujimorista. Aquí recordamos cuatro momentos en los cuales prometió luchar contra esa lacra, de la cual justamente ahora se le acusa.
El año 2000 fue determinante para la historia política de nuestro país. Haciendo uso de artimañas legales, Alberto Fujimori había ganado las elecciones por tercera vez consecutiva y los sectores de oposición estaban seguros de la existencia de un fraude (el cual tiempo después se confirmaría). Es así que Alejandro Toledo encabezó una manifestación multitudinaria que iniciaría el 26 de julio, dos días antes de la asunción de Fujimori.
El 27 de julio, frente al Palacio de Justicia, Toledo brindaría un especial discurso. "Vengo esta noche a decirles que podrán cambiar de cara, pero como no pueden cambiar sus corazones están sentenciados a fracasar. Y déjenme anunciarles: Fujimori tiene sus días contados", dijo aquella vez prometiendo combatir la corrupción fujimorista.
Tras la caída de Fujimori, Alejandro Toledo emprendió nuevamente el camino para convertirse en presidente de la República. Para ello combinaría un discurso de "lucha contra la corrupción y la dictadura" con una promesa de aumento de los puestos de trabajo.
"Hermanas y hermanos juntos hemos logrado recuperar la democracia y la libertad, tenemos razones para estar satisfechos y optimistas. Pero cuidado, debemos ser celosos guardianes de lo que hemos logrado para que nunca se vuelva a repetir lo vivido", decía en aquel entonces Toledo, prometiendo no repetir los capítulos oscuros del fujimorismo.
El 3 de junio, finalmente Alejandro Toledo lograría su más ansiado sueño: convertirse en presidente del Perú. El político que en las elecciones de 1995 apenas había alcanzado el 3% de votos logró derrotar a Alan García en una reñida segunda vuelta.
En su conferencia de prensa, el electo presidente agradeció a todos los peruanos que votaron por él, pero sobre todo indicó que la moral será uno de los requisitos de las personas que lo iban a acompañar.
"Para nosotros no hay peruano que crea en la libertad, democracia y que sea limpio de corrupción que no tenga espacio en nuestro gobierno. Habrá una mano tendida y un corazón abierto para todos los peruanos que crean en la libertad, democracia y moralización", prometió al lado de su esposa Eliane Karp y su hija.
El 28 de julio de 2001, el Perú marcaba el inicio de una nueva etapa y Alejandro Toledo era el protagonista. Tras el mandato transitorio de Valentín Paniagua, el país elegía nuevamente a un presidente de forma democrática.
El Congreso sirvió de escenario para este capítulo histórico del país luego de recibir la banda presidencial Toledo juró por los pobres del país defender, entre otras cosas, la integridad moral del país.
"Juro por Dios, por la patria y por los pobres del Perú que ejerceré fielmente el cargo de presidente de la República. Defenderé la soberanía nacional y la integridad física y moral de la República…", mencionó.
Dieciséis años después, los peruanos vemos cómo todas estas promesas no pasaron de ser solamente palabras. Alejandro Toledo no cumplió.