Contó que horas después, el parricida le indicó que había quemado el cuerpo de Castillo Gonzalez, a lo que le respondió: "Llorando le dije que cómo había sido posible que haga eso, que me había malogrado la vida, que estaba loco. Él me contestó que mientras yo no hablara y estuviera a su lado, nada me iba a pasar. He estado amenazada en todo momento".