Luis Maraví, director del consorcio que opera el corredor Tacna-Garcilaso-Arequipa, más conocido como Corredor Azul, advirtió hoy que perderían la inversión realizada y que todo el transporte en dicha vía volvería a ser un caos si la Municipalidad de Lima acepta la renuncia de la empresa Santa Cruz, del mismo consorcio.
La mencionada compañía envió una iniciativa de renuncia a la Gerencia de Transporte Urbano (GTU) del municipio capitalino argumentando que operar en el referido corredor no le resulta rentable, ya que le ha generado pérdidas por S/.3 millones. Por eso, la firma buscará recuperar su antigua ruta, de Carabayllo hasta Villa María del Triunfo, para poder pagar las deudas que ahora tiene.
Maraví recordó que Santa Cruz es solo una de las 32 empresas que conforman el consorcio TGA. Pero advirtió que si su retiro es aceptado y recupera su antigua ruta de transporte, la Municipalidad de Lima tendría que devolver sus rutas a todas las integrantes del consorcio TGA, lo cual ocasionaría un caos en la ciudad.
"Es imposible que se permita el retorno a la situación anterior, porque existe un contrato firmado. Tendrían que devolvernos las rutas a todos, sería retroceder, se perdería la inversión que se ha hecho y todo resultaría un desmadre", afirmó a la Agencia Andina.
Maraví admitió que el servicio que se presta en el llamado Corredor Azul tiene aún deficiencias, pero resaltó que su puesta en marcha ha permitido una reducción en la incidencia de accidentes.
PROBLEMAS FINANCIEROSEl dirigente mencionó que uno de los grandes problemas que sufren los consorcios del Corredor Azul es la impuntualidad en los pagos por parte de la comuna limeña, que deberían hacerse cada semana y, sin embargo, a veces se efectúan cada dos meses.
Explicó que el dinero que ingresa por los pasajes es recogido por una empresa encargada del recaudo, que lo deposita en una entidad bancaria, y es la Municipalidad de Lima la que debe dar la orden para que se le pague al consorcio.
En ese sentido, dijo comprender la situación de la empresa Santa Cruz, que presentó ante la Gerencia de Transporte Urbano de Lima su iniciativa de renuncia.
"Todas las compañías tienen compromisos con el sistema financiero. Deben pagar cada 30 días, pero recién lo hacen a los 60 o 70 días, lo que les genera sobrecostos. Las empresas estamos al límite porque tenemos que financiar el pago de planillas y la compra de combustibles", explicó.
Según anotó, Santa Cruz debió presentar su iniciativa de renuncia ante el directorio del consorcio del Corredor Azul y no ante la GTU, que no tiene competencia para decidir.
PIDEN DIÁLOGO Frente a esta situación, y en busca de una solución a la serie de problemas, el consorcio TGA ha cursado una carta al alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, para dialogar, ya sea con él personalmente o con alguien que designe y que tenga capacidad de decisión suficiente.
"Ojalá el alcalde Castañeda Lossio acepte como 'padre de la criatura', ya que durante su gestión municipal anterior se diseñaron los corredores viales, que comenzaron a implementarse en el periodo de Susana Villarán", señaló.
Maraví lamentó, finalmente, que debido a la situación económica de las empresas de transporte el sistema financiero se niegue a seguir apoyando con créditos la renovación de los buses para operar otros corredores como el de las panamericana Sur y Norte.
"Es lógico que se piense que si no pagamos los préstamos obtenidos para el corredor de la avenida Arequipa, con qué dinero pagaríamos los créditos que se nos concederían para operar en el eje de la Panamericana", comentó.
Por el Corredor Azul operan dos consorcios formados cada uno por diversas empresas: el consorcio TGA y el consorcio Arequipa.