El comisario Carlos Chávez y el capitán Alvarado, miembros de la Comisaría de Canto Rey —donde la niña de 11 años asesinada en San Juan de Lurigancho realizaba sus clases de vacaciones útiles— fueron separados de sus cargos.
El inspector general de la Policía Nacional, Gustavo Hananel, informó que la separación de ambos agentes responde a una medida preventiva que establece la ley de Régimen Disciplinario de la Policía Nacional para no contaminar el proceso de investigación.
A ambos agentes se le ha abierto un procedimiento disciplinaro por infracciones muy graves ya que no siguieron el protocolo debido y pueden ser sancionados con el retiro definitivo de sus cargos.
Del mismo modo, se le investiga a todos los policías implicados con el caso de la niña Jimena, asesinada por César Alva. El asesino aún cuenta con una ampliación de cuatro días de prisión preliminar, tiempo en el que la Policía continuará con la investigación y la Fiscalía podrá denunciar.