Yep indicó que mientras no se apruebe una ley de gestión del suelos, seguirá el caos urbano (Colegio de Arquitectos del Perú)
Yep indicó que mientras no se apruebe una ley de gestión del suelos, seguirá el caos urbano (Colegio de Arquitectos del Perú)

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

En las últimas semanas hemos visto como las intensas lluvias y huaicos han arrasado con miles de viviendas e incluso ciudades enteras. Si bien en parte es causa del Fenómeno del 'Niño Costero' es preciso hacerse algunas preguntas: ¿cuál es el grado de responsabilidad de las personas al establecerse en zonas de riesgo? ¿se pudo prevenir? o ¿qué se debe hacer en el proceso de reconstrucción?.

Perú21 conversó con el arquitecto Arturo Yep Abanto, decano del Colegio de Arquitectos del Perú, quién absolvió algunas de nuestras dudas.

Si Lima y las zonas afectadas por las intensas lluvias hubieran contado con un sistema de drenaje ¿los desastres serían menores?

-Por supuesto, las ciudades deberían contar con un sistema de drenaje y alcantarillo para poder mitigar las aguas, al menos cuando hay presencia de precipitaciones normales o menores, lamentablemente muchas ciudades en el Perú no cuentan con estos tipos de sistemas. Lima no está preparada para precipitaciones intensas porque no se ha implementado un plan maestro de drenaje pluvial, nunca se ha contemplado esto para mitigar las precipitaciones. Todo tiene solución cuando se presentan intensas lluvias, siempre y cuando se cuente con la infraestructura adecuada.

¿Por qué no hay un sistema nacional de drenaje?

-Esto tiene que ver con un fallo de las normas, para estas situaciones extremas que se han presentado el Plan Nacional de Riesgos debió haber contemplado que no se cuenta con drenajes adecuados. El Plan Nacional de Riesgos no ha sido contundente con los gobiernos regionales y locales para que estos implementen los sistemas adecuados de seguridad cuando se presentan lluvias intensas.

A esto se le debe sumar que muchas viviendas afectadas están asentadas en zonas naturales de riesgo (quebradas, cerca a la riveras, etc.) ¿pudieron hacer algo las municipalidades?

-Si bien no es correcto que se establezcan en esas zonas, pues se ponen en riesgo, los gobiernos regionales y municipalidades pudieron mitigar los daños construyendo canales para que en casos donde la lluvias de intensidad el agua discurra. Además, no solo es en la quebrada pues uno puede observar que las grandes avenidas se han visto afectadas porque no han sido condicionadas, en algunas ciudades del norte se construyeron vías canal y han podido mitigar el desastre pues hay un espacio para que el agua excedente corra. Estos tipos de canales se debieron hacer pero lo hicieron.

Entonces se puede concluir que los daños causados por los desastres son en parte por las causas naturales, pero ¿también por la falta de planificación urbana?

-Definitivamente, los organismos regionales y municipales no han encarado con toda la madurez la actualización de los planes urbanos y la mayor prueba es que solo el 20% de las ciudades en el país tienen planes urbanos, el resto no cuenta con uno. Lamentablemente la normativa no lo exige y eso tiene que cambiar. Mientras no se apruebe una ley de gestión del suelos, seguiremos en un caos urbano.

Por ahora se está atendiendo la emergencia pero pronto llegará la etapa de reconstrucción ¿qué recomendaciones daría al gobierno?

-Bueno, primero esperamos la invitación del gobierno para que cuando llegue la reconstrucción podamos aportar en la elaboración de los planos urbanos donde se debe respetar las medidas de seguridad que corresponden.

¿Cómo lograr que luego de la emergencia las personas no vuelvan a las zonas de riesgo?

-Se podría hacer áreas verdes en esas zonas de peligro, para que no regresen los ciudadanos. Por ejemplo, en las Malvinas: estuvo invadida por los comerciantes ambulantes y no se querían retirar, pero se logró reubicarlos hacia las galerías poco a poco y para lograr que no regresen, la municipalidad actuó rápido y creó en ese espacio un parque. Hoy todos respetan el parque, no se les va ocurrir poner su negocio en medio. Todas las riveras deberían tratarse como parques lineales, quizás no se convertirán en malecones pero se podrían implementar áreas de recreación pública. Ahí tendría que intervenir el Estado inmediatamente, pero no solo demoliendo sino acondicionando esos espacios.