Desde su celda lideraba una poderosa organización criminal que aterrorizaba ciudades del norte del país. Mamerto Florián López, más conocido como el '', pasó de ser un ladrón de automóviles a convertirse en autor de numerosos asesinatos, secuestros y extorsiones.

El rankeado delincuente terminó sus días en el penal de Challapalca, lugar donde falleció producto de una gresca de la cual el INPE ha informado muy poco. Mamerto Florián López tenía poco más de 50 años.

La versión oficial señala que su muerte se produjo por un traumatismo encéfalo craneano grave durante el día de visita, en una zona conocida como 'La Capilla'. Las hipótesis sobre lo que pudo haber ocurrido ese día son varias: tenía muchos enemigos y no pocas personas querían verlo muerto.

Encabezaba una poderosa organización criminal que funcionaba en el Norte del Perú y desde la cárcel, comandaba enfrentamiento con organizaciones rivales. 

Ciudades como Ascope y Chocope en La Libertad estaban secuestradas por sus hombres, quienes pegaban stickers con el ave fénix y dos 'M' en los locales cuyos dueños que tenían que pagar una cuota para no ser asesinados.

La Policía lo describió en su momento como un sujeto tímido que casi no hablaba. Y es que el 'Cojo Mame' utilizaba su discapacidad para pasar desapercibido y camuflar su habilidad para la organización criminal y su instinto homicida.

Sus inicios

Ingresó al mundo del hampa cuando era solo un adolescente. A los 16 años, Mamerto Florián López recibió un balazo en la pierna durante un enfrentamiento con la Policía y así fue como nació su famoso 'alias'.

Antes de ser mayor de edad, ya había acabado con la vida de un Policía en Pachacamac y los 19 años ingresó por primera vez a un penal tras ser hallado culpable del robo de un vehículo. Desde aquel entonces, se paseó por diferentes recintos penitenciarios a lo largo del país.

El encierro, lejos de reformarlo, lo convirtió en un astuto estratega del delito. Escaló rápidamente entre los más rankeados delincuentes y se convirtió en extorsionador y secuestrador. Planificó los secuestros de César Rudas Chara, sobrino de una empresaria del mercado de Caquetá. Luego el secuestro del gerente de la Sunat, Samuel Villar Huamán, y del funcionario del Banco de Boston, Walter Alcántara Villanueva.

También fue vinculado al plagio del empresario de Gamarra Elías Jiménez Valle, por cuya liberación se pagó un rescate de US$100 mil.

Sanguinario y respetado

En el 2010 fue indicado como el autor intelectual del asesinato del director del Penal Castro Castro, Manuel Vásquez Coronado, quien recibió cuatro disparos a sangre fría. ¿La razón? El funcionario había establecido medidas severas para evitar el ingreso de celulares y droga.

En diciembre de 2013, el Poder Judicial lo condena a 30 años de prisión por el delito de un secuestro perpetrado en 2009 contra el empresario Mirko Víctor Vidal Barrueta, a quien mantuvo escondido durante once días en Los Barracones del Callao. 

Había pedido un millón de dólares por su liberación. Nunca se supo si cobró la exorbitante suma.

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