Redacción PERÚ21

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Su obsesión lo llevó a la tumba. Las armas de fuego que lucía orgullosamente en sus redes sociales fueron la causa de su muerte y la de otras cuatro personas que asesinó. Eduardo Glicerio Romero Naupay fue enterrado este domingo en Puente Piedra luego de que fuera abatido por un policía vestido de civil.

El último viernes, el Centro Empresarial de se convirtió en el escenario de una masacre. Nadie creyó que un aparente inofensivo vendedor ambulante de hamburguesas podía desatar su furia de una manera insana e inhumana.

Tal y como lo consignaron varios especialistas en psiquiatría, Romero Naupay debió ser un un sujeto muy introvertido que guardaba en su interior a un ser totalmente opuesto a él.

Esta teoría acerca de su posible personalidad fue confirmada por sus familiares al declarar a la prensa que era un tipo retraído y poco comunicativo. "No sabíamos mucho de él, solo que trabajaba y tenía su enamorada, nada más", dijo una de las parientes del asesino.

A pesar de esta poca conexión que tenían estas personas con Romero Naupay, sus pocos allegados se dieron cita este domingo en el Cementerio Parque del Recuerdo de los Jardines del Buen Retiro, ubicado en Puente Piedra.

Solo diez personas, como máximo, le dieron el último adiós. Aquel familiar que disparó a diestra y siniestra contra decenas de personas, ya no existía más.

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