António Guterres es desde hoy el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El diplomático portugués prometió cambios en la institución y se ofreció como mediador en los conflictos alrededor del mundo.
Guterres fue primer ministro de Portugal y alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Tiene el respaldo total de los Estados miembros, que lo eligieron por aclamación en octubre de 2016.
En un inicio tuvo desventaja en la carrera por la jefatura de la ONU, porque no era de la región a la que por tradición le correspondía el puesto (Europa del Este). Además, es hombre, y decenas de países apostaban por que una mujer fuera la elegida por primera vez.
Lleva nuevos aires a Naciones Unidas y un claro contraste con su predecesor, el siempre discreto y pausado Ban Ki-moon. El nuevo secretario general dijo que la entidad "debe estar lista para cambiar", admitiendo sus defectos y reformando la forma en que trabaja.
"Esta organización es el pilar del multilateralismo y ha contribuido a décadas de relativa paz. Pero los desafíos están superando ahora nuestra capacidad de responder", aseguró al jurar el cargo el pasado 12 de diciembre.
El diplomático señaló que quiere una ONU "ágil, eficiente y efectiva", que se centre "más en la gente y menos en la burocracia" y que sea capaz de entender las preocupaciones de los ciudadanos. Además, se fijó la meta de lograr la paridad de género en los escalafones superiores de la organización, un camino que ha iniciado eligiendo a tres mujeres como los pilares de su equipo.
Manifestó que ante los conflictos, buscará una "diplomacia creativa".
Uno de los retos más grandes que tendrá será en Siria, donde la ONU tiene muchos años intentando impulsar un acuerdo político. Asimismo, se espera que se pronuncie contra el populismo y movimientos xenófobos.