Redacción PERÚ21

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Iba a cumplir 33 años de servicio. Era un policía destacado y querido. El brigadier José Pacheco Paredes –quien laboraba en Seguridad del Estado– fue asesinado, a balazos, a la 1:00 de la tarde, en la cuadra 5 de la Av. Francisco Pizarro. Su verdugo fue un hampón, al que trató de intervenir debido a que estaba en actitud sospechosa.

En ese mismo lugar fue acribillado el técnico de primera Javier Alfonso Chaupis Lezameta, quien trabajaba en el Hospital Central de la PNP y trató de ayudar al colega caído, al compañero de armas.

Tras este hecho de sangre, se montó un gigantesco operativo que acabó con la captura del autor de los disparos, Mirko Baza Loza, quien también murió.
“Donde exista el peligro, donde clame el dolor, siempre habrá un policía, presto a servir, listo a morir por el Perú”, dice su himno. Y así fue para estos héroes.

EL ASESINATO DE OLIVIA ARÉVALO, LA SABIA ACTIVISTA INDÍGENA

Ucayali/ 19 de abril

El respeto a su ancestral sabiduría trascendió fronteras. Tenaz defensora de los derechos de la comunidad shipibo-conibo, Olivia Arévalo –la maestra, la sabia, la meraya– fue asesinada de tres balazos en Victoria Gracia, un distrito escondido en la selva de Ucayali. Tenía 81 años. Notable difusora de los ícaros –cantos sagrados de su pueblo–, esta mujer murió en medio de sus árboles, de su cielo, de su aire, de su cultura, de todo lo que la había hecho feliz en vida.

El canadiense Sebastian Woodroffe fue señalado como el autor de este asesinato, de acuerdo con la Fiscalía. El extranjero fue linchado a las pocas horas de conocerse la muerte de Arévalo.

“Seguirá siendo un símbolo vivo de sabiduría, conocimiento ancestral y fortaleza femenina”, señaló el Consejo Shipibo-Conibo y Xetebo (Coshikox).

SER PADRES, EL SUEÑO QUE SE CONVIRTIÓ EN UNA PESADILLA PARA CHILENOS

Aeropuerto Jorge Chávez/ 25 de agosto

En el aeropuerto Jorge Chávez se inició la pesadilla de los esposos chilenos Jorge Tovar Pérez y Rosario Madueño Atalaya. Ellos fueron detenidos al tratar de viajar a su país con sus gemelos, quienes nacieron de un útero subrogado (un vientre de alquiler).Fueron enmarrocados y llevados a una comisaría. Luego pasaron a la Fiscalía. De ahí, a prisión: él a Sarita Colonia, del Callao; ella a Santa Mónica, en Chorrillos. El 8 de setiembre fueron liberados y al día siguiente pudieron tener, otra vez entre sus brazos, a sus hijos.

La prueba de ADN fue determinante para corroborar que Tovar Pérez es el padre biológico de los pequeños y Madueño Atalaya posee un vínculo por filiación.

Detrás de esta historia hay una lucha de años de una pareja que recurrió a la ciencia para tener a sus hijos. También hay toda una revelación de lo atrasada que está nuestra legislación en esta materia.

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