Redacción PERÚ21

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Visitamos cuando la temperatura marcaba 33 °C. Decenas de niños observan algo bulliciosos desde el mirador. Una osa de anteojos, fauna propia del , tiene la mitad del cuerpo metida en una poza de agua, como si se tratara de su jacuzzi; el resto de su cuerpo está recostado sobre el césped. Así trataba de refrescarse ante el intenso e infernal calor que azota la capital.

Este bello ejemplar permaneció así durante dos horas. De rato en rato –al escuchar los llamados y saludos de los visitantes–, levantaba la cabeza. Al otro extremo de su ambiente, su compañero de cautiverio estaba sentado recostado en una pared, en actitud de buscar sombra.


BAJO PEQUEÑAS RAMAS
Metros más allá estaban los leones y los tigres de bengala blancos, así como las hienas y los pumas. Aunque son animales capaces de soportar altas temperaturas, debido a su actual hábitat y que se han desarrollado en cautiverio, estaban sumamente quietos, haciendo el mínimo esfuerzo bajo minúsculas ramas. En el caso de los monos huapo colorado, no tienen instalaciones o árboles que les den sombra.

“Hay que entender que ciertos animales están adaptados al calor de hasta 50 grados. Por ejemplo, la jirafa no necesita sombra más de la que ya tiene. Esos animales son africanos y están acostumbrados a altas temperaturas”, dijo a Perú21 el biólogo Samuel Campos, jefe de Bienestar Animal del .

Sobre una denuncia que circuló sobre presunto maltrato por exposición al calor, Campos descartó cualquier tipo de descuido y señaló que el animal sabía que se acercaba la hora de su alimentación y el ingreso del cuidador. “Lo llamamos comportamiento de anticipación”, precisó.

Una forma de hidratar y devolver la temperatura corporal a los mil ejemplares que hay en este parque es a través de la denominada ‘frescura salvaje’. “Congelamos las frutas. Luego se hace un batido (como cremolada) y eso le ofrecemos a los animales. Esto se hace cada dos días”, destacó el biólogo.

A su turno, Lizette Bermúdez, jefa de Fauna del zoológico, también negó cualquier tipo de maltrato. “Algunas conductas son producto del estrés debido al cautiverio en el que se encuentran”, refirió.

Al respecto, el médico veterinario Daniel Montes, especialista en fauna silvestre de FaunaVet-Perú, sostuvo que a los osos y a los felinos no les afecta mucho el sol, así como los camélidos sudamericanos no padecen tanto con el frío.

Sin embargo, aclaró que en el zoológico se debe aumentar el espacio de sombra en esta temporada para que los animales puedan desarrollarse con total normalidad.


SABÍA QUE
-Los ambientes en los que se encuentran los animales tienen árboles, pero estos no son frondosos y no proyectan sombra. Así ocurre en el hábitat de los ocho osos de anteojos.
-Los mil ejemplares en cautiverio del zoológico –que pertenecen a 200 especies– son alimentados dos veces al día. Además, se cambia el agua de sus pozas todos los días, dijo el biólogo Samuel Campos.