Hay que cuidar el agua. ¿Qué se está haciendo frente a ello? La situación hídrica de Lima Metropolitana es crítica: de sus 10 millones de habitantes, aproximadamente 1.5 millones no tienen agua; cada residente cuenta únicamente con 125 m3 de este recurso básico al año, cifra ocho veces por debajo de la línea de escasez determinada por la Organización Mundial de la Salud (1,700m3). Además, la capital enfrenta un acelerado crecimiento poblacional.
Mariella Sánchez, directora ejecutiva de AQUAFONDO, advierte que este panorama parece no acabar pronto. De acuerdo con el estudio Crisis de Agua realizada por esta misma institución, la situación hídrica para Lima en los próximos 10 a 15 años no será favorable, e incluso, se tendrá una disminución del 30% en la disponibilidad y oferta hídrica.
La especialista señala cuatro de los principales problemas que enfrentaría la capital ante un potencial desabastecimiento de agua:
Este insumo es clave no sólo porque demostró ser fundamental en la prevención del coronavirus, sino también porque un adecuado acceso a agua apta para el consumo es necesario para evitar enfermedades como infecciones respiratorias, hepatitis A, cólera, entre otras.
Una crisis de agua en Lima reduciría el PBI total de la ciudad en -2.22% y -1% a nivel nacional.
Los sectores con mayor impacto negativo en el valor de producción son el de agua potable (-21%), bebidas (-4-4%), servicios sociales (-4-3%), siderurgia (-3.9%), textiles (-3.85%), administración pública, papel, servicios de educación y salud entre los principales.
El impacto estimado equivaldría a una pérdida de más de 35,000 empleos, tomando en cuenta la composición familiar, esto afectaría a 120 mil habitantes aproximadamente.
Los distritos con alto niveles de riesgo hídrico son Ate, Lima (Cercado), Carabayllo, San Juan de Lurigancho, Independencia, Los Olivos y San Martín de Porres, Callao, La Molina, Santiago de Surco, Miraflores y San Isidro.
Estos distritos con alto riesgo hídrico concentran casi el 70% del consumo total de agua por toda fuente, los cuales al ver limitado sus accesos a este recurso generarán una potencial crisis política y social.
Ante esta problemática, Mariella Sánchez explica cómo las empresas hídricamente responsables juegan un rol importante para establecer acciones concretas que contribuyan a la seguridad hídrica de Lima. “Hasta hace algunos años el sector empresarial no consideraba el agua como un problema para el desarrollo de sus operaciones; sin embargo, actualmente contamos con empresas hídricamente responsables que vienen haciendo un uso eficiente del agua, estableciendo planes de reducción, mejoras en sus tecnologías, procesos de sensibilización y, además invierten en programas y proyectos que favorecen la cantidad y calidad de agua de la ciudad donde se establecen”, comentó.
AQUAFONDO articula esfuerzos con los sectores públicos y privados, e implementa soluciones basadas en la naturaleza que permiten una contribución concreta a la seguridad hídrica de Lima, tales como; la rehabilitación de canales ancestrales conocidos como amunas, sistemas de riego tecnificado, reservorios, reforestación, entre otros.
Asimismo, desarrolla encuentros que tienen como objetivo visibilizar de cerca las buenas prácticas del sector privado en la gestión eficiente de los recursos hídricos.
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