La frase cambiar el mundo suena lejana e imposible. Sin embargo, puedes cambiar el mundo de un niño en situación de desprotección y brindarle el amor y cuidado que necesita para poder desarrollarse en un ambiente seguro y cálido. En el Perú hay 360 pequeños en espera para ser adoptados.
En entrevista con Perú21, la jefa de la Dirección General de Adopciones (DGA), Elba Espinoza Ríos, señala que estos pequeños forman parte del grupo denominado adopciones especiales.
“Algunos tienen más de seis años, otros son hermanos que no pueden separarse. también están los que tienen alguna discapacidad o problema de salud”, refirió la funcionaria.
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De acuerdo con Espinoza, hay 47 menores que tienen entre 12 y 17 años y que por la edad, muchas veces no despiertan el interés de los padres adoptantes. Además, hay 143 pequeños con alguna discapacidad, otros 32 tienen problemas de salud y 126 pertenecen a grupos de hermanos.
“Hay 322 familias en lista de espera por un niño, pero buscan niños menores de seis años y que no tengan problemas de salud”, detalló.
Es importante destacar que las personas tienen derecho a la identidad, es por ello que al momento de ser adoptados, los padres deben explicarles a sus hijos que son adoptados. Esto también ayudará por si en algún momento desean buscar a su familia biológica.
El proceso de adopción dura entre un año y medio y dos años, dependiendo de cuánto se tarden los interesados en presentar la documentación correspondiente.
Se realiza un taller de preparación por seis semanas y luego continúa con la presentación de documentos.
“El proceso no es difícil. Las normas no complicadas como muchos creen. Evaluamos a las familias, las capacitamos, vemos cuáles son sus aspiraciones sobre las características generales de los niños y luego hacemos la división. Si desean adopciones especiales o regulares”, explica.
Una adopción regular tiene una espera de 12 meses, aproximadamente, desde que declaran la idoneidad de los aspirantes.
Se realizan diversos exámenes psicológicos para comprobar que los adoptantes están aptos y de esa forma que formen una familia estable, donde los infantes puedan desarrollarse adecuadamente.
“El juez debe declarar en situación de desprotección familiar y adoptabilidad al niño. Este proceso se puede tardar varios años. Hemos tenido casos en los que el Poder Judicial se ha demorado hasta tres o cuatro años en emitir esta sentencia. Por eso, pedimos mayor celeridad en estos procesos en favor de los niños. Buscamos que los niños no sean institucionalizados”, detalla Espinoza.
“Buscamos el impulso del Poder Judicial para que nos apoye con las declaraciones de adoptabilidad”, dice tras recordar que hay niños que no pueden ejercer su derecho a vivir en familia por la burocracia del sistema de justicia.
Agrega que “las adopciones internacionales salen más rápido porque las personas tienen más abierta la posibilidad de adopción. No se limitan a niños con determinadas características”.
Una vez que el niño es entregado a su familia, se realiza el acompañamiento de la institución por un periodo de tres años.
No es necesario estar casado para poder ser padre o madre adoptiva, como muchos creen. Tampoco debes ganar muchos miles de soles para poder aplicar a esta solicitud.
Estos son los requisitos establecidos:
Los esposos Velarde Figueroa son un caso ejemplar. Por cosas del destino, no pudieron tener hijos y vieron en la adopción una oportunidad para completar su felicidad como pareja.
El 2018 iniciaron los trámites en la DGA. Un año y medio después salió su resolución de idoneidad. Al inicio aplicaron para adoptar a uno, pero al pasar un tiempo, vieron a dos hermanitos e inmediatamente sintieron que ellos debían ser parte de su familia.
Por ello tuvieron que volver a tramitar los papeles y en el 2020 salieron los papeles.
“Desde que leímos el expediente nos quedamos enamorados de los mellizos. Viajamos en enero del 2020 a Lambayeque para conocerlos. Cuando los vimos, no tuvimos dudas, luego regresamos a Lima a continuar con el trámitme”, recuerda Carmen.
Sin embargo, el inicio de la pandemia, el toque de queda y las restricciones impuestas truncaron momentáneamente sus planes. “Nos quedamos con los crespos hechos”, recuerdan.
“No se podía viajar, Esos primeros 15 días se convirtieron en 15 más y así fue alargándose el tiempo. Luego nos quedamos impactados con las noticias de la situación en Chiclayo. Estábamos preocupados, así que conversamos y tomamos la decisión de ir por nuestros hijos”, cuentan al recordar todos los periplos que tuvieron que pasar para poder recoger a sus hijos.
“Fuimos en la camioneta. Manejamos hasta Paramonga, donde nos detuvimos por el toque de queda. Al día siguiente continuamos hasta Chiclayo. Nos recibió el personal de la DGA a pesar de que estar en algo parecido a un pueblo fantasma”, sostienen.
“El amor de Dios es fundamental. No hubiera sido posible si él no lo hubiera permitido. Volvimos a Lima con nuestros hijos y la pandemia permitió que hiciéramos trabajo remoto. Eso facilitó el proceso de adaptación de los niños”, señalan.
Ambos piden a las personas interesadas en adoptar que no se limiten a determinadas características.
“Un albergue no es un mercado donde puedes escoger un niño como si fuera un producto”, enfatiza en Marco Velarde.
“A veces es difícil que quieran niños con algunas con alguna discapacidad, pero no deben tener miedo, es lo más natural y hermoso que nos ha sucedido. Nos cambió la vida. Son niños muy cariñosos. Es el regalo más maravilloso que nos pudieron dar. No tengan temor de adoptar un niño con habilidades diferentes”, cuentan con gran emoción al ver a sus hijos felices jugando por toda la casa.
Hay muchos niños que solo quieren una oportunidad para poder dar todo el amor que tienen y ser parte de una familia. Para mayor información, puede visitar la página web de la Dirección General de Adopciones (DGA).
Si usted no puede adoptar, pero tiene interés en ayudar a estos niños, puede comunicarse con la DGA o con los diferentes hogares que hay en cada región del Perú para poder hacer voluntariado o llevar donaciones.