Redacción PERÚ21

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Este sábado, decenas de activistas volvieron a las calles para demostrar que besarse no es un delito.

En el Jirón de la Unión, la Plaza San Martín, la Plaza de Armas, y otros puntos del Centro de Lima, demostraron que con besos se puede luchar contra la homofobia.

Esta vez, la Policía Nacional no reprimió a los activistas, pero sí pidió de forma constante que se retiraran de la zona. Luego de dos horas de presencia, los activistas se marcharon.

En tanto, integrantes de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos se hicieron presentes para evitar incidentes como los del sábado 13 de febrero, en donde agentes de la Policía reprimieron a los activistas.

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