Dos sesiones de terapia fueron suficientes para que la mamá de Sheyla Cóndor, Elsa Torres, desistiera de la ayuda brindada por el Ministerio de la Mujer.
Cada consulta solo le generaba dolor y le recordaba, una y otra vez, que fue abandonada por las autoridades cuando les suplicó que busquen a su hija, quien fue brutalmente asesinada por un policía.
El caso Sheyla Cóndor tiene aún varios cabos sueltos por resolver, pero a la fecha las pruebas recabadas demuestran que fue su madre quien hizo todo lo que los policías simplemente no quisieron hacer: investigó, identificó y fue ella misma quien encontró el cuerpo inerte de su hija en la habitación del suboficial Darwin Condori Antezana.
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Aún no se ha determinado si Condori tuvo cómplices que lo ayudaron a descuartizar el cuerpo de Sheyla en más de 35 fragmentos. Tampoco si la joven de 27 años fue drogada y no podía defenderse del feminicida. Mucho menos si fue víctima de una red de tráfico de órganos.
La investigación se ha tornado compleja e involucra a más de una docena de personas por el feminicidio cometido por Condori. Los delitos van desde complicidad por el feminicidio hasta encubrimiento personal, omisión de funciones y abuso de autoridad. En respuesta, el Ministerio Público ha abierto tres carpetas fiscales.
La primera comprende a los dos inquilinos del departamento de Comas y cuatro estudiantes del Instituto de Educación Superior Tecnológico Público Naval (Citen), quienes se encontraban celebrando a pocos metros de donde se encontró el cadáver.
Todos ellos son investigados por el fiscal Jimmy Morán, de la Quinta Fiscalía Especializada en Violencia contra las Mujeres de Lima Norte.
Sin embargo, el abogado de la familia de Sheyla Cóndor explicó a Perú21 una serie de irregularidades que han ralentizado las averiguaciones en torno al feminicidio de la joven tarmeña.
Y es que hasta la fecha no se han revisado las cámaras de videovigilancia ni se ha realizado el levantamiento del secreto de las comunicaciones de los celulares de los implicados, justificación suficiente para dejar libres a las 6 personas encontradas en el domicilio de Condori.
“El fiscal (Morán) aduce que son 40 cámaras en total, pero nosotros solo queremos ver las del ingreso y salida del domicilio del feminicida. Nosotros mismos podemos ver las imágenes, pero el fiscal ha dicho expresamente que no se nos entregue nada”, mencionó Aarón Alemán a este diario.
Lejos de agilizar la investigación, el magistrado ordenó la liberación de Abel Manzano y Alicia Alccacontor, los inquilinos del 307, que en un principio les negaron y obstaculizaron la entrada a Elsa Torres y al policía que la acompañaba, solicitando una orden de allanamiento.
Pese a que Darwin Condori ya no tiene una responsabilidad penal debido a su deceso, la Fiscalía de Lima Norte lo incluyó en la carpeta fiscal, pues aún mantiene una responsabilidad civil por las atrocidades que cometió.
El penalista Aarón Alemán dijo a Perú21 que están a la espera de los resultados de necropsia y autopsia, los cuales servirán para determinar dos hechos concretos: saber si había restos de semen dentro de la cavidad vaginal y si había presencia de drogas en el cuerpo de la joven de 27 años.
“Queremos saber estas dos cosas juntas porque, según lo que relatan las denuncias sentadas en contra de esta persona (Darwin) y otros dos policías por violación en manada, es que su modus operandi sería suministrar estupefacientes a las víctimas”, señaló.
ERROR TRAS ERROR
La segunda investigación del Ministerio Público comprende a los cuatro policías de Santa Luzmila, entre ellos el comisario: los suboficiales Miguel Carrera y José Pastor, el teniente Marcos Túpac y el comandante Ronald Núñez.
Hay dos hechos cuestionables, vinculados a la denuncia sentada por la madre de Sheyla Cóndor el 15 de noviembre a las 5:30 p.m. El primero es que el policía que redactó el acta, Miguel Carrera, no consignó el nombre de Darwin Condori, pese a que la madre lo identificó como la última persona que vio a su hija. El segundo, y el más sospechoso de un acto de encubrimiento, que en el reporte policial se detalló que dos efectivos fueron al domicilio de Condori a las 4:30 p.m. ¿Cómo es posible que hayan llegado una hora antes de realizada la denuncia?
Para Alemán, esto es un indicio de que los comisarios habrían intentado alertar al feminicida.
El último 27 de noviembre, el fiscal Alejandro León, a cargo de esta segunda carpeta, citó al comandante Ronald Núñez. En su declaración el comisario aseguró no solo no conocer a Darwin Condori, sino también no haberlo llamado para advertirle sobre la denuncia que estaban poniendo en su contra.
Curiosamente, el mismo comandante dijo también que no podía entregar a la Fiscalía el celular que portó los días 15 y 16 de noviembre, fechas en que Elsa Torres intentó más de una vez poner la denuncia contra Condori. Aseguró que el mismo 16 el aparato móvil se malogró tras caérsele a un inodoro.
El testimonio de Cristian Artica, quien acompañó a Elsa Torres a la comisaría, también será clave para entender por qué la mamá de Sheyla tuvo que insistir en tres diferentes oportunidades para que reciban su denuncia.
La Fiscalía también está tras los pasos de los policías del Grupo Especial contra el Crimen Organizado (Grecco), que encontraron el cuerpo de Condori en el hostal Las Perlas en San Juan de Lurigancho. Según fuentes de Perú21, los cuatro agentes recibieron información del paradero del feminicida y actuaron de oficio en respuesta a la alerta de búsqueda.
Estos efectivos vienen siendo investigados por encubrimiento real; es decir, no se descarta la teoría de que hayan estado vinculados a la muerte de Darwin Condori.
En una breve conversación con este diario, Dina Torres contó que su hermana Elsa decidió rechazar la ayuda psicológica del Estado porque le paraban cambiando de terapeuta. Han transcurrido tan solo dos semanas desde que encontraron a Sheyla en pedazos, y ni Elsa ni su hermana pueden llevar un proceso de duelo tranquilo. La vida para ellas siguió, deben continuar trabajando en su pequeño restaurante y, a la par, seguir buscando justicia.
“Te quieren poner una denuncia (…) tranquilo, ahijado, eso muere aquí”
Hay un testigo que puede resultar clave en la investigación que se sigue tras el asesinato de Sheyla Cóndor y las diversas irregularidades en que incurrieron los policías de la comisaría de Santa Luzmila.
El testimonio de Elsa Torres, la mamá de la joven, se puede corroborar, ya que una persona con la que no tiene un vínculo sanguíneo estuvo junto a ella intentando denunciar la desaparición aquellos 15 y 16 de noviembre.
Perú21 accedió a las declaraciones que dio el último 25 de noviembre ante la Fiscalía Cristian Artica Quintana, quien dijo ser el primo de cariño de Sheyla Cóndor. Él fue convocado a un interrogatorio por el fiscal Alejandro León, quien lidera el Segundo Despacho de la Décima Fiscalía Provincial Penal de Lima Norte. Artica se conectó virtualmente para dar detalles en la carpeta donde se investiga a Ronald Nuñez Díaz y otros comisarios que pusieron trabas para tomar la denuncia.
Artica mencionó al Ministerio Público que trabajaba junto a Sheyla en un restaurante, pero que el 14 de noviembre no fue a laborar debido a que un día antes instalaron el gas en el local. Añadió que vivía junto a la joven en la misma casa, cada uno en un cuarto separado.
Ese mismo día, el jueves 14, luego de que la tía de Sheyla le preguntara si la había visto, Cristian la llamó sin obtener respuesta. Señala que llegó preocupado a su domicilio casi a medianoche y cuando ingresó al cuarto de Cóndor no la encontró, mas sí vio su laptop. Al revisarla, encontró que su última conversación en WhatsApp había sido con Darwin Condori.
Fue el mismo Artica quien le escribió desde su propio celular al feminicida como a las 12 a.m. del viernes 15 de noviembre. Más tarde, a las 7:31 a.m., el feminicida le contestó: “Hola, no tengo comunicación con ella. Ella se fue ese día mismo (…) dijo que iba a ir con su amiga no sé” y “me contó que su expareja le pone la mano e iba a ir con su amiga y que también tenía que irse”.
Artica le respondió a Condori que Sheyla era soltera. Cuando le preguntó a qué hora fue la última vez que la vio, Condori respondió que “a las 6 y tantos de la tarde”. Esa fue la última vez que Cristian supo de él.
El testigo también se refirió a las negligencias en la comisaría, ya que fue él quien ingresó junto a Elsa Torres para mostrar la laptop con los chats.
Cristian indicó ante el despacho de León: “Él (el comisario) lee y mete a su sistema el nombre completo de Darwin, que yo ya sabía porque había buscado su número en Yape. Ahí otro efectivo policial le comenta al que recibía la denuncia: ‘Ah, este es colega’. Yo estaba a 2 metros de él y veo en su celular que le hacen una llamada por WhatsApp y tenía la misma foto de perfil que Darwin. Yo escuché que el policía dijo: ‘Te quieren poner una denuncia por desaparición (…) tranquilo, ahijado, eso no procede, eso muere aquí’, y la conversación duró unos 2 o 3 minutos”, aseguró.
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