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El vaso

Antes del mensaje del 28 había quienes esperaban grandes anuncios, otros que confiaban en que el mandatario confesaría la razón de su cambio. Incluso, algunos soñaban con que haría un mea culpa y anunciaría el retorno a la propuesta de los trasnochados. Al final, todos ellos han quedado decepcionados.

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Fritz Du Bois,La columna del directorAntes del mensaje del 28 había quienes esperaban grandes anuncios, otros que confiaban en que el mandatario confesaría la razón de su cambio. Incluso, algunos soñaban con que haría un mea culpa y anunciaría el retorno a la propuesta de los trasnochados. Al final, todos ellos han quedado decepcionados.

Pero, para quienes recordamos algunos pasados anuncios de Fiestas Patrias, como fueron la confiscación de los diarios por parte de Velasco o la estatización de la banca por García 'El Malo', el hecho de que terminemos el día sin sobresaltos ya nos deja aliviados.

Por otro lado, es ingenuo esperar que un político peruano se confiese ante su electorado; nunca nadie lo ha hecho en el pasado y no vemos motivo para que ahora sea realizado. Más aún, en nuestro país es la regla, y no la excepción, que de candidato a gobernante se produzca un cambio. Por ello es que disfrutamos de 20 años de manejo económico adecuado, lo cual ha beneficiado a la mayoría de peruanos.

Además, Humala ha ratificado en la práctica que está siguiendo la Hoja de Ruta, pese a que esta nunca fue mencionada, mientras que citó frecuentemente a la Gran Transformación. Suponemos que por consideración hacia sus exaliados.

Al final, si el mensaje se asemeja a un vaso medio lleno o medio vacío, es algo que queda al criterio de cada parroquiano.

En primer lugar, veamos lo positivo: Reafirmación de una política económica coherente y respaldo a las reformas de los programas sociales, los cuales, luego de dos o tres décadas de existencia, es evidente que no han dado resultados.

También el haber finalmente decidido colocar en la agenda prioritaria el tema de la inseguridad del ciudadano, aunque, al plantear únicamente una delegación de facultades, están confirmando que esa decisión recién la han tomado y que aún no tienen idea de cómo enfrentarla.

Mientras, en lo negativo tenemos que en Educación siguen paralizados. Incluso, tememos que esa ley del profesorado que hace meses vienen anunciando la está redactando el sindicato y, con ella, el proceso de reforma que se había iniciado quedará enterrado.

Asimismo, el planteamiento de que Petroperú participe en exploración y producción está equivocado. Se estaría arriesgando dinero de todos los peruanos para satisfacer algún ego o carga ideológica o porque hay gato encerrado. En cualquier caso, es una crónica anunciada de recursos públicos despilfarrados.

Finalmente, lo más negativo del mensaje es que se está dejando pasar una brillante oportunidad para que el Perú pueda dar el gran salto. Nuestros indicadores económicos son de los mejores, lo cual nos permite diferenciarnos y podríamos captar inversiones en montos realmente mayores. Sin embargo, la minería está sitiada, el Gobierno no está interesado en entregar concesiones –solo han ejecutado 55 millones del programa de 10 mil millones– y con su declarado apoyo a las empresas públicas sigue enviando señales equivocadas. Mientras que no está siquiera en agenda la reforma laboral que podría generar trabajo adecuado para los millones de peruanos que, debido a la legislación, están subempleados.

En suma, solo hay medio vaso y, para prosperar, este tiene que estar rebalsando. Así que solo nos queda confiar en que, para llenarlo, no tengamos que esperar hasta el mensaje del 28 de julio del próximo año.