Los que no salen en la foto…

Si nos ponemos a pensar en el principal problema que nos aqueja como ciudad, indiscutiblemente, el primero que se nos viene a la mente es la falta de seguridad ciudadana. Valgan verdades, sin seguridad, el crecimiento económico, los buenos servicios públicos y otros pasan a un plano secundario.

Curiosamente, cuando pensamos en seguridad ciudadana, solo nos enfocamos en una parte del circuito: el trabajo de la valerosa Policía Nacional del Perú y el de las municipalidades a través del Serenazgo.

Una pregunta suelta: ¿acaso el sistema de seguridad ciudadana solo comprende a estas dos instituciones?

Contrario a lo que comúnmente se suele pensar, el sistema de seguridad ciudadana comprende, además, a otras instituciones a las que no debemos perder de vista, entre ellas el Ministerio Público y el Poder Judicial.

Veamos un ejemplo cotidiano. Una valerosa policía junto a los agentes de Serenazgo arriesgan sus vidas y capturan a una banda de delincuentes que tenía en zozobra a toda una comunidad. Un pequeño respiro para la ciudadanía.

Sin embargo, por esas cosas extrañas que suceden en nuestra sociedad, el fiscal de turno que recibió el caso no hizo un buen trabajo al momento de analizar los hechos y formular la imputación de los delitos cometidos por estos malhechores. Cabe señalar que los leguleyos expertos en aprovechar estos “errores” están a la orden del día.

Seguidamente, el juez que tiene a su cargo este caso, ante una débil o mal planteada acusación fiscal, termina absolviendo a los delincuentes que pondrán en vilo una vez más a nuestro barrio y quizá con mayor saña que antes.

Para “buena suerte” de los otros actores, para la ciudadanía los culpables de la inseguridad siempre serán la Policía Nacional del Perú y el Serenazgo.

Así, una de mis vecinas me decía ayer: “Es que no hacen bien su trabajo y es por ello que la delincuencia campea en la ciudad”.
Para reflexionar…