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2019: ¿Año emblemático?

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2019: ¿Año emblemático? (Reuters).
Fecha Actualización
El sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman (1925-2017) ha definido al siglo XXI como la época de la “modernidad líquida”, utilizando la metáfora de que los líquidos fluyen, agrietan y quiebran lo que antes era una “modernidad concreta” (Estados con fuerte institucionalidad, con fronteras controladas, con economías mínimamente reguladas, etc.) y, por lo tanto, la globalización tan radical que estamos viviendo ha transformado a las familias, a las comunidades, a los gobiernos, e incluso a los bloques supranacionales como la UE.
Los cambios radicales ocurren a una velocidad extrema y las democracias no logran controlar casi nada a sus sociedades porque la política ha perdido el poder que hoy está en manos de corporaciones, grupos transnacionales del crimen o de la corrupción. Ya casi no hay fronteras que detengan a los grandes flujos de información, de inmigrantes o de productos. Por eso proliferan las revueltas sociales con Estados incapaces de ejercer el monopolio de la violencia: Haití, Chile, Ecuador, el Líbano, Iraq, Francia, Hong Kong y un largo etcétera. Por eso crecen gobiernos que intentan ralentizar a la globalización, sean populistas de derecha o de izquierda como Trump, Boris Johnson, Putin, Orbán de Hungría, Erdogan de Turquía, o los comunistas desfasados de Venezuela, Cuba, Corea del Norte.
Quienes intentan que en democracia sus gobiernos fueran eficaces tropezaron con la generación que aspira a grandes causas, pero no está dispuesta a hacer los sacrificios que estos desafíos exigen, como le ocurrió a Macron en Francia; a Trudeau en Canadá, quien perdió escaños en el Parlamento; e incluso Angela Merkel, quien pierde poder en Alemania.
El decaimiento de los partidos políticos, el aumento del crimen transnacional y la ansiedad generalizada no comenzaron en 2019, pero este año, definitivamente, estamos en el siglo XXI.
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