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[Opinión] Patricia Teullet: Esa fiesta agridulce

“La Navidad es agridulce porque nos provoca una sonrisa o una lágrima cuando recordamos a quienes ya no están con nosotros”.

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[Opinión] Patricia Teullet: Esa fiesta agridulce. (Foto: Difusión)
Fecha Actualización
Es difícil “escapar” a la Navidad, incluso sin ser cristiano o siquiera creyente: las almibaradas películas en televisión, los comerciales de panetón con la familia alrededor de la mesa y las de perfumes con mujeres bellas, sofisticadas y tan lejanas a nuestra realidad (o a cualquier otra en pandemia).
Tal vez porque casi no veo televisión, ya no me duele el despliegue de juguetes que mostraban las distintas marcas y que sabía que muchos niños desearían y no podrían tener. Aunque, en muchos casos, habrá ahora una versión china, separadas por un hilo (o una letra en el nombre) de la violación de derechos de fabricación, que las ponen al alcance de muchos.
La Navidad es una fiesta agridulce: la alegría de la reunión familiar o la sorpresa de abrir un regalo se cruza inevitablemente con la figura de la vendedora de tarjetitas y papel o bolsas de regalo, que suele ir con un niño de la mano y otro colgado atrás, que no tendrán paquetes que abrir esa noche del 24, ni pavo para la cena.
A mis hijos, sobrinos y amigos queridos, les expliqué desde el año pasado que creo en la dinámica del mercado para reactivar la economía; pero que esas y estas navidades sus regalos fueron entregados, probablemente convertidos en comida, pañales o pasajes que, alguien que lo necesitaba más, recibió en su nombre. De mis nietos me siento orgullosa porque aceptaron que, si iban a recibir nuevos juguetes, tenían que decidir cuáles entregar a niños más pequeños que ellos. Y lo hicieron con entusiasmo (y tal vez un poquito de dolor).
La Navidad es agridulce porque nos provoca una sonrisa o una lágrima cuando recordamos a quienes ya no están con nosotros, y también porque, a medida que acaba el año, nos acerca a la incertidumbre, cada vez mayor, de lo que el nuevo año nos traerá en economía, política, educación o salud. Y seguro que será difícil.
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