¡Aguas! ¡El Papa!

Como le dijo el propio papa Pancho a Televisa en 2015, el diablo se la agarra con la gente que tiene mucha fe. ¿Y qué mejor oportunidad que mandarles un terremoto con tsunami a dos millones de creyentes reunidos a la orilla del mar?

No es necesario ser un técnico de Defensa Civil para darse cuenta de que realizar una misa papal en la Costa Verde es potencialmente peligrosísimo.

En cada evento multitudinario realizado allí colapsaron todas las rutas de salida. Y sin emergencia. Mistura metió medio millón de personas en una semana y era un infierno; aquí quieren meter 2 millones de un solo empujón.Que el alcalde de Magdalena diga que puede garantizar que i) entre solo 1 millón de personas y ii) que se le puede evacuar en 20 minutos es ofensivo. También que afirme que con subirse uno a media escalera (sin terminar) se salva, porque el tsunami tendrá máximo 9 metros. ¿En serio?

El representante de Cristo se debe sobre todo al pueblo y a los pobres. Entonces, ¿por qué no celebra la misa más cerca de ellos? Solo en San Juan de Lurigancho (a 1 hora y 20 minutos de la Costa Verde) vive más gente que en todos los distritos con vista al mar de Lima (salvo Villa El Salvador y también toma 1 hora llegar a Magdalena).

En 7 distritos del noreste de Lima viven más de 4 millones y medio de personas y poco más de medio millón en los distritos de la Costa Verde. Los índices de pobreza coinciden con el número de habitantes por distrito; es decir, ir a ver al Papa a Magdalena es caro para mucha gente por la movilidad y porque tiene que comer fuera.

No sé, cuestión de sentido común. Es más fácil mover al Papa que a dos millones de personas porque, finalmente, de lo que se trata es de que llegue el mensaje, ¿no?