¡Yihad en los andes!

-Lo que faltaba en nuestro lisérgico “país”: agitadores islámicos en Las Bambas… ¡A rezar nomás que tres gustos tan peruanos como el trago, la lujuria y el chancho alejen al Islam de estas tierras!

-Ya el nuevo obispo de Lima comenzó a soltar las piedras que uno se espera de un cura rojo (que es una de las peores combinaciones posibles). Monseñor Castillo salió a culpar a la minería de ser la causante de la corrupción local desde el virreinato (¿?) y sostuvo “que somos un país que todos ambicionan porque tenemos casi todos los minerales del mundo y el sistema requiere mucho de nosotros” (¿?). ¡Como se nota que este señor no ha vivido mucho afuera! Se daría cuenta que apenas conocen al Perú fuera de Latinoamérica y que nadie, nadie nos ambiciona. Somos un país que pasa muy desapercibido, dentro de un grupo continental donde solo Brasil y México pesan algo económica y geopolíticamente a nivel mundial. Vamos a tener que aguantar por cinco años en Lima a un curita antiminero, simplón y rojo, gracias al peronista del Vaticano.

-Bastante arriesgada la jugada de Quimpac, grupo que posee el monopolio de la sal en el Perú, de meterle US$ 53 millones a GyM para hacerse con el 11% de esa constructora. Ojalá no sean “salados”, que Barata, el “Club de la Construcción” y los juicios en USA determinarán la existencia de esa empresa.

-Cretinoamérica nunca dejará de sorprendernos: esta semana “el loro Homero” fue elegido alcalde de Quito. Es decir, una importante capital latinoamericana será gobernada por un jaranero animador radial, que no tiene mayor mérito que saber meter chongo. Ni reírse mucho, que aquí Belmont gobernó Lima décadas atrás, aunque “el loro Homero” es una versión más chacra. Lo reiteraré mil veces: hasta el Pato Donald puede ser presidente por estos lares.