Yaya tiene 12 años y vive en el albergue del colegio Ciro Alegría, en la provincia de Condorcanqui en Amazonas. Ella y otra niña, amiga suya, fueron violadas sexualmente por el director del plantel, quien usó un inhumano señuelo: darles una mayor ración de comida. Este sobrecogedor suceso es considerado por el ministro de Educación, Morgan Quero, como una posible “práctica cultural”.