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La tragedia de Los Olivos pudo ser evitada por el municipio y la PNP [VIDEO]

Durante el estado de emergencia por el COVID-19, la discoteca Thomas Restobar, ubicada en Los Olivos, continuó ofreciendo conciertos, bailes y alcohol, sin tener licencia para ello y sin importar ser un peligroso foco de contagio de la enfermedad.

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Trece jóvenes, entre ellos 12 mujeres y un hombre, murieron durante la intervención a una fiesta clandestina en Los Olñivos. (Foto: Joel Alonzo / GEC)
Fecha Actualización
Durante el estado de emergencia por el COVID-19, la discoteca Thomas Restobar, ubicada en Los Olivos, continuó ofreciendo conciertos, bailes y alcohol, sin tener licencia para ello y sin importar ser un peligroso foco de contagio de la enfermedad. Pero igual de grave ha sido la inacción de las autoridades, sobre todo, porque estas fiestas son públicamente promocionadas en redes sociales, según indicaron los propios asistentes.
La muerte de 13 jóvenes en el clandestino local de diversiones ha sido, a todas luces, una tragedia anunciada.
Solo basta buscar en Internet para encontrar fotografías, de julio de este año, de los eventos organizados en Thomas Restobar, donde aparece el cantante Juancho Peña, exintegrante del grupo Los Claveles, junto a otros cantantes de El Poder de la Cumbia. Alex Espinal, vocalista de la banda, incluso se hizo un autoretrato con la mascarilla en la quijada en una de sus presentaciones.
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El propio Juancho Peña, el 16 de agosto, justificó en su Facebook su participación en conciertos. “Si ves que un cantante llega a una reunión a cantar no te vayas de chismoso a llamar a la Policía porque ahora las cosas no son como antes (...) Cómo pretenden que cantemos con mascarilla, no se puede”, escribió irresponsablemente en la cuenta que ayer por la mañana desactivó.
Pero este no es el único lugar donde las órdenes dictadas por el Gobierno son ignoradas. En la página de Facebook Audio 15 Producciones publican periódicamente videos de fiestas realizadas en pleno estado de emergencia donde participan grupos como Los Charlis de la Cumbia, La Nueva Imagen, Chacaluisito y la ya mencionada El Poder de la Cumbia. En los videos describen la fecha y detallan que las reuniones se celebran en Villa el Salvador, Santa Anita, Villa Esperanza.
Además, se observa a la mayoría de asistentes sin mascarilla, solo unos cuantos la usan hasta que llega el momento de llevarse un vaso de cerveza a la boca. ¿Y dónde está la fiscalización de las municipalidades?¿Los agentes de la Dirección de Inteligencia de la PNP no advierten de este tipo de eventos que ponen en peligro a toda la ciudadanía?
Para el especialista en derecho municipal, Julio César Castiglioni, existe responsabilidad de la Municipalidad de Los Olivos por la muerte de las 13 personas. “¿Cómo es posible que se realice una fiesta con 120 personas y la municipalidad no se entere de nada?”, cuestionó. Además, el local funcionaba sin licencia, lo cual agrava la responsabilidad de la comuna.
Por el lado policial, según José Luis Gil, exdirector de Inteligencia del Mininter, “la información que maneja la PNP se recoge de las calles, las redes sociales y medios de comunicación, mediante actividades de inteligencia. Esos insumos van a una central donde se analizan y luego se toman medidas al respecto”. En el caso de la intervención en Thomas Restobar, Gil observa que no hubo una debida planificación y se podría deber a la falta de acciones de inteligencia o a errores operativos.
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ASÍ OCURRÍÓ LA TRAGEDIA
Las muertes de la noche del sábado ocurrieron cuando el grupo de jóvenes intervenidos en la discoteca de Los Olivos formaron un tumulto a la hora de intentar salir del local. La Policía tuvo que abrir el acceso a combazos, desde afuera, para rescatar a los asistentes y a los propios agentes.
En Cuarto Poder, el ministro del Interior, Jorge Montoya, detalló que durante el operativo dentro de la discoteca, las mujeres intervenidas se agazaparon y comenzaron a escapar. “En ese momento, los hombres lanzaron botellas contra los oficiales y se fueron contra ellos. El capitán del grupo que estaba por la escalera fue empujado y tropezó por los escalones. Luego cayeron los demás que intentaban salir”, explicó.
Como la puerta estaba entreabierta, por la caída de todos los intervenidos y la policía, el ingreso quedó atascado: los jóvenes murieron aplastados y presuntamente por asfixia.
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La penalista Romy Chang, dijo que puede haber una discusión sobre considerar lo ocurrido como homicidio doloso u homicidio imprudente, lo que vendría a significar penas de 20 y 6 años de prisión, respectivamente.
DATOS
- La Policía detuvo a 23 de los asistentes a la discoteca, de ellos 15 dieron positivo a la prueba de descarte del COVID-19.
- Tres de los detenidos tenían antecedentes policiales y una de las fallecidas registraba quince denuncias por robo.
- El Ministerio Público informó que 11 de los 13 fallecidos tenían COVID-19.
Una discoteca sin permisos
La discoteca Thomas Restobar funcionaba en un local que, en el papel, era una fábrica textil llamada Monditex. Sus dueños son los esposos Leandro Montoya Callirgos y Nélida Díaz Serrano. El local no contaba con la autorización para ofrecer conciertos ni fiestas.
Monditex fue inscrita en Registros Públicos el 19 de enero de 1986 para la compra y venta de hilados, así como para comercializar y fabricar prendas de vestir. Además, podía dedicarse a la exportación e importación de productos. La pareja de esposos fue la socia fundadora que invirtió un capital inicial de S/4,500.
Después de dieciséis años, en abril de 2002, la fábrica aumentó su capital a S/66 mil. Este año, la firma obtuvo un préstamo de S/ 9 mil del programa de Reactiva Perú.
Según datos de la Sunat, Monditex tiene tres sucursales y seis trabajadores. Una está ubicada en Los Olivos, donde operaba la discoteca; otra en el jirón Ayacucho 372, Cercado de Lima; y una más en el emporio de Gamarra, en el segundo piso de la Galería Sancatex.
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Sucursales de la empresa Monditex en Lima.
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Leandro Montoya figura como el gerente y Nélida Díaz como la administradora. Él dijo a la Policía que le alquiló el local a Judith Ortega Godoy del 1 de agosto al 31 de diciembre de 2019 y que no renovaron contrato por la pandemia. “Se lo alquilé para actividades de comercio y venta, no para que funcione como discoteca. Yo no sabía que estaba funcionando una discoteca”, declaró ante la Policía.
Los detectives de la Depincri Los Olivos fueron a buscar a la inquilina, en su vivienda de Comas, pero les informaron que desde enero de este año, Ortega se mudó a otro lugar. Según la Policía, ella habría subarrendado el local.
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ROBERTO LERNER: “Hay rebeldía en todo el mundo”
El psicólogo Roberto Lerner analiza el comportamiento de quienes rompen las reglas a pesar del riesgo en que ponen a sus familias y a ellos mismos.
¿Cómo deberían afrontar los padres el hecho de que sus hijos han expuesto sus propias vidas, otros las han perdido, pero también han puesto en riesgo la vida de sus familias por ir a una discoteca?
La pérdida de un hijo es algo muy terrible, van a tener que pasar el duelo como pasan todas las personas cuando pierden un familiar, sobre todo, padres a hijos va a ser algo muy duro. Es difícil en estos momentos porque no se pueden hacer velorios y porque los rituales propios de la despedida de un ser que ha muerto también son aglomeraciones y están prohibidas. Siempre ayuda el tratar de compartir con personas que han pasado por algo semejante.
¿Qué ocurre en la mente de las personas que priorizan la diversión sobre la salud?
Afecta a sus familias, a sus padres, abuelos que son los más frágiles y corren mucho más riesgos ante el virus. Se está viendo en todo el mundo que quienes se contagian más son los menores de 40 años porque tienden a juntarse más, no se protegen. Hay personas que dicen: ¿por qué yo voy a tener que sacrificar mi juventud por personas de edad? He leído muchos artículos con ese razonamiento. La mayoría tiene miedo de contagiar a sus padres o abuelos y tratan de cuidarse, pero sí hay una tendencia a lo contrario.
¿Por qué?
Hay un elemento de rebeldía y no solamente en Perú. En todo el mundo hay gente que se está rebelando contra las restricciones por la pandemia. Hay gente que toma muchos más riesgos que otra. Yo hablo con jóvenes todos los días y están sufriendo las consecuencias de no poder hacer las cosas que habitualmente hacen. Hay gente que entiende que la vida tal como era antes no se puede realizar ahora y hay una minoría que asume que no le va a pasar nada.
¿Qué tipo de acompañamiento necesita la Policía que se ha enfrentado a esta tragedia?
Como cualquier persona que está expuesta a este tipo de situaciones necesitan una suerte de primeros auxilios psicológicos.