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Apocalipsis en el ring: La leyenda de la lucha libre defendió su título [FOTOS]

El público está encendido. Un joven tiene una lápida en la mano, otro sujeto carga un viejo teclado de computadora y uno que está enmascarado -el más entusiasta del recinto- tiene algunos palos que luego los entregará a los luchadores del ring. Es sábado, noche de lucha libre y todos esperan la llegada de la leyenda Apocalipsis, quien defiende su título.

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Fecha Actualización
El público está encendido. Un joven tiene una lápida en la mano, otro sujeto carga un viejo teclado de computadora y uno que está enmascarado -el más entusiasta del recinto- tiene algunos palos que luego los entregará a los luchadores del ring. Es sábado, noche de lucha libre y todos esperan la llegada de la leyenda Apocalipsis, quien defiende su título.
La promoción del evento indicaba que el público podría entregar las armas que los dos protagonistas de la pelea estelar utilizarían. Horas antes del evento Apocalipsis revelaba que entrenó de manera distinta y diseñó una estrategia para vencer a Stambuk, 20 años menor que él.
Y es que una leyenda no se forma de un momento a otro. Apocalipsis, a sus 48 años, siente el rigor del tiempo, pero igual confía en sus fuerzas.
“Estoy mentalizado, es una lucha complicada... él tiene 28 años. En resistencia puede ser superior a mí, pero me he preparado para esta pelea”, confiesa ‘Apo’ y considera que su experiencia pesará.
El Danzak Arena de Surquillo es pequeño y alberga casi 50 almas. Niños, mujeres y adultos coinciden alrededor de un ring y alientan a los personajes más pintorescos: enmascarados fornidos, gemelos acróbatas, pantalones cortos y cuerpos sudorosos.
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Durante dos horas el grupo de fanáticos fue testigo de acrobacias peligrosas, golpes verdaderos, drama, bromas y mucha acción. Pero todos esperan a Apocalipsis.
La gente lo corea “Apo, Apo, Apo”. Suena ‘Procesión’ del rapero Nero Lvigi y la gente ya sabe qué ocurrirá: en unos segundos se sacudirá la cortina de entrada y aparecerá Apocalipsis. Cuando hace su ingreso el público estalla en un grito casi coral. Los que tienen más suerte estiran los brazos y logran tocar a su héroe.
Un minuto después, aparece el rival, Stambuk, y el abucheo es masivo, pero éste no se achica y se muestra amenazador con el público. En el ring se miran y Apocalipsis lo humilla con unos primeros golpes y ocurre lo impensado: lo lanza fuera del cuadrilátero. El público tuvo que retroceder con sillas y todo.
Apocalipsis lo vuelve a agarrar y trapea el piso con Stambuk. Desde la platea le alcanzan palos, el viejo teclado, una silla, una lámina de fierro y estrella cada objeto contra el cuerpo de su enemigo. Y no es utilería. Cada objeto fue revisado por este redactor y, sin duda, cada impacto debe haber sido doloroso.
Pero como toda buena historia, un giro de trama generó alarma en el Danzak Arena. Stambuk retoma aliento y contraataca. Golpea a un niño en su intento de liderar la pelea y lo abuchean, pero no arruga. Continúan en el piso y Stambuk somete alrededor del ring a Apocalipsis. El público ve desde cerca cómo el héroe de la noche es humillado.
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Horas de lucha
De regreso al cuadrilátero, ambos continúan lastimándose. Stambuk luce raspones en la espalda y Apocalipsis, sangre en el rostro. Y ahora el público le alienta. “Apo va a matarte”, “Vamos Apo”, “Grande Apo”.
Se recupera. Apo lo golpea, practica unas acrobacias y recibe del público una misteriosa bolsa. Stambuk está aturdido por los golpes, Apo riega el contenido en el piso: son tachuelas. Coge a su rival, lo levanta lentamente y el público está extasiado. Entonces, lo lanza con furia y resuena el recinto.
Con una llave consigue el ansiado “tres” en la cuenta que realiza el árbitro cuando un luchador es sometido por otro. El público otra vez estalla en júbilo. Apo retiene el título y levanta el cinturón. Baja y todos pugnan por tocarlo. Stambuk también se retira con apoyo y en la espalda tiene varias tachuelas clavadas. No hay nada más real que esta pelea.
Luego, todos los peleadores de la noche se juntan para la foto y el público lo agradece. La lucha libre -o cachascán, como le decían los abuelos- sigue viva, por lo menos lo está en este íntimo recinto surquillano.
¿Y Apocalipsis? El veterano luchador seguirá preparándose para su siguiente pelea, porque siempre surgirá algún entusiasta incauto que pretenda arrebatarle el título a puño limpio.
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5 datos de Apocalipsis
Experiencia: Su nombre es César Mansilla y empezó a pelear a los 20 años. Actualmente tiene 48.La peor lesión: “En Bolivia se me desprendieron siete costillas del esternón, estuve de para 4 meses”.Internacional: “He peleado en Bolivia, Argentina, Chile, Ecuador, Brasil, Colombia y México”.Trascendencia: “Siento que sí dejo legado, más allá de los títulos, me siento orgulloso por ayudar a otros chicos a ser profesionales”.El retiro: “Seguiré ligado a nivel de entrenamiento, pendiente de los chicos nuevos, promoviendo nuevos valores”.
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Kaiser, el regreso de otra leyenda
Antes de la pelea estelar, otra leyenda de la lucha libre peruana, Kaiser, subió al ring en un tiempo muerto, pidió el micrófono e hizo un inesperado anuncio.
Los más expertos lo reconocieron de inmediato y se emocionaron. “¡Es Kaiser!”, se escuchó como murmullo. Compacto y fornido, saludó a todos y prometió que regresaría en diciembre.
Quienes no lo conocen, es muy probable que no sepan que Kaiser ha sido el luchador peruano que más lejos llegó: hasta la Pro Wrestling NOAH de Japón.
Apodado como el ‘Inka Kaiser’, ha sido el único peruano que ha compartido camerino con el campeón mundial Shinsuke Nakamura, que regresó este 2023 a la programación de la WWE.
Alejado de las luchas por más de 3 años, confesó que estuvo en coma 30 días por el coronavirus. Ahora, regresa a recuperar lo que le pertenece.
En el Danzak Arena, Kaiser dijo que no solo retorna a la lucha, sino que lo hará contra el mismísimo Apocalipsis, a quien retó y pretende arrebatarle el cinturón de campeón. ¿Lo logrará?

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