Lima Puzzle: arte peruano para armar

Los cinco primeros de esta colección son de Fernanda Ramírez (“Las hojas y sus colores”), Gabriela Vargas (“Bandera”), Neil Gayoso (“Escuela de abrazos”), Pablo Patrucco (“Aguas dulces”) y Lucía Coz (“Animales Azules”).

Para la gestora, Lucía Rizo-Patrón, no era extraño verse rodeada de rompecabezas desde niña. Esta costumbre que aprendió de su madre, la cultivó con sus hermanos, amistades y ahora en su propio hogar. Ya como arquitecta y siempre vinculada al arte, quiso realizar una propuesta propia, original y que pueda funcionar como una oportunidad de negocio.

A fines del año pasado, mientras buscaba rompecabezas para regalar a su familia y al no encontrar alguno que sea estéticamente bello, a Lucía se le ocurrió la idea que tanto buscaba: congregar a artistas peruanos cuyas piezas de arte se impriman como rompecabezas y así hacer posible que, a bajo costo, un óleo o una ilustración pueda llegar a los hogares peruanos y de todo el mundo.

“El proceso del armado de un rompecabezas es lindo, pero hay que tener paciencia y concentración. Hay que estudiar la imagen, desintegrarla, entenderla. Tiene que ser una foto que te guste para que te provoque armarla. Ahí fue que se me ocurrió convertir las obras de arte en rompecabezas para armar algo que realmente llene y no el típico gatito”, nos comenta Lucía.

Ella inició este emprendimiento, el contacto con los artistas y la búsqueda del proveedor desde inicios de este año, pero por la pandemia se tuvo que detener el proceso. Sin embargo, se dio cuenta que durante la cuarentena las familias se dedicaban a armar rompecabezas por lo que el proyecto tuvo que continuar. Y así fue que dos semanas atrás recibió desde China las cajas con su sueño hecho realidad.

Para la gestora es muy importante que la calidad del producto sea óptima y poder sentir que se tiene un objeto especial entre las manos. Lucía buscó que las piezas tengan claridad de imagen, que encajen con precisión y que conserven el brillo y el formato que ella necesitaba.

Pero el cuidado no solo está en los materiales. Parte del objetivo es que el público obtenga la mejor experiencia: “Los artistas hacen la obra, pero al momento de armar el rompecabezas la gente también la está construyendo y se pueden sentir parte del proceso. Esto terminaba de cerrar mi idea de incursionar en el arte en sí y, por su puesto, en el arte peruano”, resalta Rizo-Patrón.

Desde el lado artístico buscó, de la mano de los artistas, piezas diferentes y calibradas para todos los gustos pero que también se adapten perfectamente al material de impresión y no se pierdan detalles importantes al momento de cortar cada pequeña pieza del rompecabezas.

De esta manera, mientras el público va armando, por ejemplo, la bandera peruana de Gabriela Vargas apreciará el trazo del lápiz o las tonalidades del negro. A la vez “se va entendiendo el proceso del arte”, refuerza Lucía, además de crear la posibilidad de tener una pieza artística enmarcada y colgada en la pared a un precio más bajo.

“Es una gran ayuda para que uno pueda hacerse conocido en mucho más sitios”, nos dice el artista Pablo Patrucco cuya pieza “Aguas dulces” es ahora un colorido rompecabezas de la popular playa de la Costa Verde limeña. “He visto rompecabezas que están muy alejados de nuestra propia realidad, paisajes de otras partes del mundo, en cambio estos nos permiten llevar la obra de cada uno a cualquiera de las casas con realidades parecidas a la nuestra”, complementa Patrucco.

Por otro lado, para el artista la difusión de su obra y de los demás es también una apuesta interesante: “En un momento en que se han desaparecido los pocos espacios que tenían los artistas esto es una pequeña caja de resonancia”, nos comenta el pintor cuya obra se reconoce por pintar al óleo las playas y su gente.

Gabriela Vargas, otra de las artistas, nos dice por teléfono desde el fundo Chincheros, en Puno, que esta propuesta es “definitivamente bastante interesante porque acerca la obra mucho más a la gente que al comprar un original. También es un soporte mucho más familiar”. Para Vargas, atreverse a trabajar con su pieza “Bandera” en un rompecabezas y usar el blanco y negro es bastante atípico, un reto y una apuesta divertida.

Para Lucía, el objetivo “es que la gente pueda conocer al artista, los siga en sus redes, que conozca su proceso de creación y los inspire. La idea es que todos nos llevemos un poco de arte, llenar la vida con un poco de color nunca está demás”.

Y por qué no, al terminar de armarlo, enmarcarlo en la pared y empezar la colección.