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La verdad y las mentiras, por Jaime Cabrera Junco

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Existe la tentación de hacer una lectura política de una obra literaria. Más aún si el autor es Mario Vargas Llosa y, sobre todo, si ha vuelto a uno de sus demonios literarios: la novela del dictador. Con Tiempos recios (TR) algunos lectores han evocado a la magistral Conversación en La Catedral (1969) y a La fiesta del Chivo (2000), acaso su última gran novela sobre el poder político. Con TR también se ha aludido a la denominada posverdad, es decir a la distorsión de la realidad para producir una reacción en la opinión pública. Si en Conversación...la médula del libro nos llevaba a la pregunta ¿en qué momento se había jodido el Perú?, en TR la pregunta es más bien: ¿es la historia una fantástica tergiversación de la realidad?
Esta nueva entrega del nobel arequipeño se ambienta en el contexto político de Guatemala de la década del 50. El punto inicial es la intención reformista del general Jacobo Árbenz combatida por la CIA al acusarlo de comunista y de alfil de la entonces Unión Soviética. A partir de allí, MVLL construye una trama donde dramatiza las circunstancias vividas por Árbenz como por su sucesor golpista, Carlos Castillo Armas, así también vuelve a Rafael Leonidas Trujillo –el ‘Chivo’ de su novela citada–, y a su asesor, el siniestro Johnny Abbes. Pero entre todos ellos destaca Marta Borrero Parra, personaje atractivo y que dará una estupenda complejidad a la novela. Por extensión podríamos decir que los protagonistas del libro son también Guatemala, Latinoamérica y EE.UU.
Si nos remitimos a lo estrictamente literario, Vargas Llosa recurre a su conocida técnica de los vasos comunicantes –capítulos que se alternan y conectan entre sí–, pero el epílogo que cierra la historia es decisivo para hacer la diferencia con alguna novela histórica anterior, por ejemplo, El sueño del celta (2010). Aquí nos presenta un guiño al lector –el cual, por supuesto, no revelaré– que nos lleva a pensar que en las historias de los países las mentiras resultan dolorosas, mientras que en la literatura nos fascinan tanto como en esta novela. Tiempos recios es rotundamente mejor que Cinco esquinas (2016), la anterior entrega de ficción del nobel, quien siendo un autor del siglo XX añade un elemento que le da un nuevo aire a su obra.
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