Gas lacrimógeno: ¿Qué es y cómo podemos protegernos?

En las multitudinarias marchas que se vienen realizando estos últimos días y en la mayoría de protestas que conocemos, un hecho se hace bastante común: el uso del famoso gas lacrimógeno. Un agente irritante cuyos efectos pude experimentar personalmente en la protesta del pasado 12 de noviembre y que me motivaron a escribir esta columna.

Hoy se ha convocado a una segunda marcha y si eres de los que piensan acudir para hacer sentir tu voz de protesta y tu indignación por la crisis política actual, aquí algunos datos que quizá te sirvan.

El gas CS, nombre técnico del gas lacrimógeno, fue creado en un principio como un arma química y usado durante la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, a partir de 1993 la Convención de Ginebra lo prohibió en los conflictos bélicos pero no impidió a que este se siga usando en los conflictos internos de varios países.

Actualmente, su uso es común a manos de la policía antidisturbios de distintos países, con la finalidad de dispersar las manifestaciones.

Dentro de los componentes más comunes que conforman el gas lacrimógeno se encuentran la cloroacetofenona y el clorobenzilideno malononitrilo (Ya saben por qué abreviaron su nombre a CS). Pero existen otros tipos de gases lacrimógenos más naturales como el famoso gas pimienta, cuyo ingrediente activo es la capsaicina, un compuesto derivado de los pimientos picantes.

Lo que estos gases tienen en común es la capacidad de irritar nuestras vías respiratorias y piel, causando que el sistema inmune intente mitigar el ardor de estas sustancias a través de la segregación de fluidos corporales como mucosidad y lágrimas, de ahí el término lacrimógeno, cegando e inhabilitando momentáneamente a una persona y ocasionando que el grupo expuesto se disperse.

Pero dependiendo de la exposición al gas también se pueden presentar reacciones mucho más dañinas y peligrosas como quemaduras en la piel, sangrado, vómitos y en algunos casos hubo daño del nervio ocular. Por lo que es mejor evitarlo si no se está medianamente preparado.

Sabemos que nada impedirá que salgas a las calles en esta y quizá otras próximas marchas, motivado por tu indignación, por lo que a continuación enumero algunos datos que debes tener en cuenta en caso vayas a exponerte o entres en contacto directo con el gas lacrimógeno.

- Prepárate previamente. Estamos en situación de pandemia, así que el uso de mascarillas es un hecho. Y aunque la única forma efectiva de protegerte del lacrimógeno es usar una máscara de gas, no todos tenemos una en casa. Otra opción es usar vendas húmedas para cubrir tus vías respiratorias. La humedad evitará la entrada del polvo irritante.

- Cubre tu cabeza, tu piel y especialmente tus ojos tanto como puedas. Cascos, gorras, anteojos, protectores faciales, olvídate de shorts o polos cortos. Cúbrete todo.

- Lleva mochila. Nada más práctico que una mochila que te permita tener las manos libres y te sea más fácil correr. En esta tienes que llevar bastante agua, ya sea para beber y para lavarte el rostro.

- Olvida el maquillaje y los lentes de contacto. Puede que suene ridículo mencionarlo, pues una protesta no es necesariamente una fiesta. Y hago hincapié en esto porque la idea es evitar que el polvo se adhiera lo menos posible al rostro y el maquillaje tiene una consistencia oleosa.

- Se habla de innumerables recetas para contrarrestar los efectos del gas, como el vinagre, el limón, etc. Lo cierto es que no encontré evidencia científica al respecto y lo más cercano fue un artículo publicado en 2003 en el que hablan de una solución de agua y bicarbonato de sodio con el que se podría lavar el rostro y acelerar la hidrolización, proceso mediante el cual las moléculas del polvo CS se rompen, mitigando rápidamente sus efectos irritantes.

En resumen, lo mejor es alejarte de la nube lo más rápido posible y lavar tu rostro con abundante agua. Los efectos irritantes suelen durar unos cuantos minutos. Pero si esta situación persiste o empiezas a tener problemas para respirar, lo mejor será buscar atención médica urgente. Recuerda que lo más importante es tu vida.