Comer en es un placer que puede comenzar –como fue en mi caso– con la bebida bandera: té jazmín, maracuyá, hierbabuena y kion. Se llama Sakura Ice Tea, y es un buen inicio. Alrededor de la comida nikkei en el Perú hay muchos mitos que derrumbar para disfrutar al máximo la experiencia.

La fusión entre la cocina japonesa y peruana es una perfecta comunión entre la exuberancia de la culinaria local con la calma detallista de la gastronomía japonesa. Veamos algunos de los mitos que, gracias a Sakura, logramos sacarnos de la cabeza.

No solo es maki. Si bien es el plato más conocido de la comida nikkei, existe una gran variedad de sabores y alternativas de platos fríos y calientes.

Kion amargo. Si se hace una buena combinación de ingredientes, se obtiene un sabor extraordinario en las bebidas nikkei. Sakura Ice Tea es la bebida más rica que he probado en mucho tiempo y la preferida del lugar.

Solo hay una salsa. Falso.

Hay una gama, entre ellas la oriental a base de soya; acebichada, con leche de tigre; tare, dulce salsa de anguila; tensuyu, a base de dashi, mirin y soya; batayaki a base de mantequilla; ponzu con soya, limón y hondash, entre otras.

Y debemos tener clarísimo que cada vez se incorporan más ingredientes peruanos en la carta. La quinua en sus tres variedades (roja, blanca y negra), la cocona, cecina y el sacha inchi toman protagonismo dentro de esta propuesta gastronómica. Sakura renovó sus platos con estos ingredientes, y el resultado se resume en una palabra: exquisito.

La comida nikkei también propone postres para degustar. Por ejemplo, las gyozas de manjar y chocolate, alternativas con helado envuelto en crujiente masa tempura.

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