Lejos del ruido de Lima, abrazados por el silencio, el canto de las aves y el verde del campo está , un espacio para desconectarte y disfrutar de la creatividad y la sazón del chef Eduardo Navarro.

Estudió mecánica, pero su plan B era la cocina. Este se convirtió en toda su prioridad. Fue su mamá la primera en detectar su verdadera pasión. Y su primer plato, en familia y a nivel profesional, fue posiblemente el cebiche.

“Estudié en el año 97, la cocina no era lo que es hoy en día y no tenía claro mi futuro”, recuerda Eduardo, mientras trae un delicioso cebiche de bonito. El pastel de choclo relleno con asado de tira es uno de los platos más exquisitos: es gratinado a los tres quesos en el horno de barro, lleva vinagreta de maíz morado y brotes del campo.

Chaxras tiene ocho años en la calle 8, manzana K, Lote 66 B, urbanización Casablanca, Pachacámac. “No quería un restaurante común y corriente en la ciudad, quería algo en el campo”, dice.

Eduardo, de 39 años, resalta que su cocina es lo más natural posible, y lo más saludable. Cuida todos los detalles, desde el pan, la masa de la pizza, las mermeladas, los jugos. El plato estrella es el chancho al palo con arroz meloso.

Chaxras desarrolla desde hace dos años una línea de productos naturales, los cuales se distribuyen en varios hoteles de la capital.

Para Eduardo, ser chef es dar satisfacción a la gente, esa es su motivación y su felicidad.

DATO

- Por su original propuesta y compromiso fue elegido este año como el mejor restaurante campestre en los premios Summum.

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