Kaikan es un lugar ambicioso. Este rompe con los esquemas tradicionales que los ofrecen y lo está logrando junto a una decoración extravagante y una carta muy amplia. Se ubica en la cuadra 8 de la avenida Santa Cruz en , y cada vez llama más la atención del público. Kaikan asegura que, si vas una vez, sí o sí vas a regresar por más.

Por lo general, los restaurantes nikkei se especializan en un número reducido de comidas: sopas, makis, potajes fríos, entre otros. Dedicación y especialización, esa ha sido la clave de los japoneses para alcanzar grandes metas, y esto se emplea también en la cocina. Pero Kaikan ofrece una experiencia culinaria muy distinta a la que se había establecido tácitamente a lo largo de los años.

Decidieron mezclar tres restaurantes en uno solo, para así tener una carta mucho más grande y satisfacer todos los gustos. Naruto, con especialidad en comida tradicional y sopas ramen; Koji, expertos en parrillas en fusión; y Todai, que se encarga de los sushi. De tal manera que en una sola mesa puedes tener makis, parrilla, sopa, hasta comida vegana y disfrutar cada plato por igual, como si hubieras visitado varios lugares en uno solo.

La decoración es el otro encanto de este lugar. Una gran cantidad de muñecos icónicos, que hemos visto alguna vez en nuestra vida, ya sea en los dibujos animados de la infancia o en la consola de los videosjuegos, le dan un buen ambiente. Al pasar, puedes ver un árbol de Sakura en el medio del lugar; y barriles de sake, bebida alcohólica tradicional japonesa, que acompañan a los clientes a disfrutar de su sopa ramen.

“Por lo general, lo japonés es minimalista, Zen, pero en Kaikan decidimos hacer lo que queríamos. Mandamos a hacer todo para mostrar la locura y media que se vive en Japón”, dice Ronny Toyohama, representante de Kaikan.

Poco a poco, rompiendo esquemas este restaurante ha ido conquistando a sus comensales. (Foto: Naoko Ivazeta)
Poco a poco, rompiendo esquemas este restaurante ha ido conquistando a sus comensales. (Foto: Naoko Ivazeta)

El restaurante se inauguró el mayo pasado, pero estuvieron en prueba desde noviembre del 2018. Al comienzo, solo llamaban a sus amigos cercanos para que les puedan dar las impresiones del lugar y decirles si iban por un buen camino. Poco a poco, la gente empezó a tocar su puerta, para probar los platos que habían visto en alguna red social y disfrutar de la llamativa decoración del lugar. Ahora, las personas no dejan de entrar, incluso, hay comensales que van de 3 a 4 veces a la semana. “Ni yo como tantas veces a la semana la comida de Kaikan”, dijo Ronny entre risas, pero muy agradecido por sus clientes más fieles.

“Puedes ver grandes grupos de 10 personas que vienen para celebrar un cumpleaños o alguna ocasión especial, personas comiendo antes de ir a ‘tonear’ o amigos que vienen de una pichanga. Aquí ves personas de todo tipo y ese es nuestro objetivo: ser un restaurante que pueda satisfacer las necesidades de cada uno”, comenta Ronny, que está muy feliz con lo que el restaurante está logrando.

‘Kaikan’, en japonés, significa un lugar donde todos se reúnen, ya sea para conversar cosas importantes o simplemente para pasar un rato. Este es el objetivo de este restaurante ubicado estratégicamene en el Óvalo Gutierrez.

Para Kaikan, el mayor reto fueron los japoneses, quienes son los más estrictos y difíciles de complacer. Ellos van a menudo en busca de una sopa ramen. siempre consumen lo tradicional. Pero con un poco de insistencia de Ronny y sus socios, empezaron a comer más platos que estaban en la carta. Lograr la aprobación de los japoneses fue el reto más difícil para Kaikan.

Poco a poco, rompiendo esquemas este restaurante ha ido conquistando a sus comensales. (Foto: Naoko Ivazeta)
Poco a poco, rompiendo esquemas este restaurante ha ido conquistando a sus comensales. (Foto: Naoko Ivazeta)

"Lo más satisfactorio para mí fue cuando me dijeron: ‘Detesto la comida japonesa pero he venido a comer aquí". Para mí es el mejor halago que una persona me puede dar”, asegura Ronny.

Poco a poco, rompiendo esquemas este restaurante ha ido conquistando desde japoneses, veganos, nikkeis, peruanos, hasta personas que odiaban la comida japonesa, y están muy orgullosos.

Pero, ¿cuál es el secreto de este lugar? No solo es la carta o la decoración, tienen una determinación especial en los insumos que utilizan. Ellos importan insumos japoneses para asegurar el sabor, pues los que existen en Perú como alternativos pueden dar resultados muy diferentes en tanto a los sabores. Actualmente, están tramitando un certificado para asegurar la veracidad de sus insumos.

También, se aseguran de utilizar productos nacionales de calidad. Por lo tanto, Ronny comenta que, si un día pasa algo y no cuentan con los alimentos necesarios para cocinar, con mucha pena, sacan el plato de la carta. Prefieren disculparse con los clientes y decirles que no hay, a ofrecer algo de una calidad inferior.

Poco a poco, rompiendo esquemas este restaurante ha ido conquistando a sus comensales. (Foto: Naoko Ivazeta)
Poco a poco, rompiendo esquemas este restaurante ha ido conquistando a sus comensales. (Foto: Naoko Ivazeta)

“No vamos a engañar a los clientes y arriesgarnos a perder comensales o ganar mala reputación por tratar de ser vivos”, comenta Ronny. Esta es una de las políticas más estrictas del restaurante.

Además, Ronny asegura que todos los socios están muy bien capacitados, pues han ido a Japón a aprender los platos, las recetas, los insumos y las técnicas de cocina. Gracias a estos viajes han encontrado la manera de crear recetas únicas de Kaikan y, por lo tanto, transmitir el sabor de la casa.

Kaikan